Diario de León

La subida del PSOE fue homogénea en todos los territorios y en varios rozó el empate con el PP Madrid seguirá bajo el dominio del PP y Ruiz Gallardón gobernará en mayoría en la capital

El PSOE se convierte en el partido más votado pero el PP aguanta el desgaste del Gobierno

El PSOE ganó en votos al PP en las elecciones municipales d

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L.F. Rodriguez Guerrero Especial para MADRID.
León

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El Partido Popular sobrevivió al desgaste sufrido por el Gobierno en los últimos meses. Si bien las cifras globales sitúan al PSOE como el partido más votado (gobernará a 18 millones de españoles frente a 12 millones que quedan en manos del PP), la formación que dirige José María Aznar pudo hacer una lectura positiva de los resultados electorales: las reformas educativas y laborales, la crisis del Prestige y el apoyo a la guerra contra Irak han pasado una factura fácil de pagar, puesto que sus resultados mejoran los obtenidos en las elecciones municipales de hace cuatro años. Enfrente, los socialistas pudieron volver a presumir, diez años después, de ser el partido más votado, pero el fracaso en el intento de recuperar, sobre todo, el simbólico fortín de Madrid dibujó el sabor agridulce que la noche electoral dejó en la boca de los dirigentes socialistas. José María Aznar hizo de la campaña electoral un reto personal: revalidar en las urnas una gestión desgastada tras varias polémicas y la grave fractura social que provocó su postura de apoyo al ataque anglo-estadounidense a Irak. Con el cien por cien de los votos municipales escrutados, los españoles han dado buena nota a su política: 7.605.034 votos, unos 300.000 sufragios más que en los anteriores comicios de 1999. Dato no sólo satisfactorio en sí mismo, sino que además sirve para paliar en parte los 500.000 sufragios que el PP perdió aquel año respecto a los comicios de 1995. José Luis Rodríguez Zapatero también había buscado que los comicios celebrados ayer fuesen una prueba sobre las posibilidades de su partido de cara a la recuperación de La Moncloa en 2004. El resultado es de difícil lectura. Con los datos en la mano, la victoria del PSOE es indiscutible. La formación socialista se beneficia del fuerte aumento de la participación y del voto joven que hoy se estrenó en las urnas, pero enfrente tiene un rival que, en una situación de debilidad, ha demostrado que es un rival difícil de batir. E Izquierda Unida sólo puede presumir de haber frenado la sangría de votos que sufría desde inicios de la década de los noventa. Su férrea oposición a la política del Ejecutivo -no sólo en los aspectos más polémicos- ha permitido a su electorado olvidar pasadas etapas en las que los enemigos eran los socialistas. Tras más de una década de constante declive, la coalición de izquierdas obtiene 1.366.108 sufragios, prácticamente los mismos en 1999, año en el que perdió cinco puntos respecto a los comicios anteriores de 1995. Al menos, Gaspar Llamazares, que como Rodríguez Zapatero también se estrenó en una campaña electoral al frente de una organización política de ámbito nacional, ha conseguido que la formación que dirige se convierta en la llave que en parte paliará las expectativas no alcanzadas por el PSOE, partido al que abrirá numerosos consistorios en los que, empero, las listas más votadas fueron las populares. Madrid, la joya de la corona, por la que los dos partidos mayoritarios se batieron el cobre, no cambió de signo. Tras unos primeros momentos de incertidumbre en los que se apuntaba incluso la victoria del PSOE, el PP consolidó su mayoría absoluta y rompió el techo alcanzado en las anteriores elecciones. Los socialistas, con Trinidad Jiménez a la cabeza, consiguieron dos concejales más que en la anterior legislatura. Izquierda Unida, sin embargo, perdió uno de sus cinco ediles. En el País Vasco la ausencia de candidaturas de Batasuna benefició sobre todo al PNV que ganó las elecciones y obtuvo más votos que la suma de populares y socialistas. Los nacionalistas se alzaron otra vez como primera fuerza en Bilbao, donde gobernarán si les apoya Esker Batua, y casi empataron con el PP en Vitoria, aunque en la capital de la comunidad podrá haber un acuerdo entre socialistas y populares que daría a estos últimos el gobierno municipal. El PSE creció en toda la comunidad vasca y arrebató de nuevo al PP el segundo puesto. En San Sebastián, el socialista Odón Elorza fue el candidato más votado, pero necesitará apoyo de otro partido para regir la alcaldía. El crecimiento del PSOE fue significativo en las dos Castillas, especialmente en la autonomía gobernada por José Bono. No obstante, la tarta municipal no sufrió cambios notables. El PP mantuvo su hegemonía en Toledo y en Ciudad Real y el PSOE consigue mayoría absoluta en

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