Simancas acusa al PP de amparar a quienes le impiden gobernar Madrid

? No tenía límite de tiempo y aprovechó la oportunidad. Rafael Simancas utilizó todos los datos a su alcance -ninguno que no fuera conocido con anterioridad- para arremeter durante su discurso de investidura contra el Partido Popular y situarle en el centro de la supuesta trama urbanística que se esconde tras la traición perpetrada el pasado día 10 por Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez contra el PSOE. Hubo poca novedad en sus palabras, pero mucha contundencia: «A medida que avanzamos en el conocimiento de los hechos -recurrió a una frase muy parecida a la empleada este miércoles por su jefe de filas en el Congreso- comprobamos que todas las armas del árbol conducen al mismo tronco y que el tronco está alarmantemente próximo a la calle Génova», es decir, a la sede central del PP. El secretario general de la Federación Socialista Madrileña dedicó buena parte de su comparecencia -que duró una hora y doce minutos- a ofrecer su versión de lo que ha ocurrido en Madrid en las últimas dos semanas. «Vivimos -aseguró- la situación más amenazadora de los últimos veinte años para la salud de la democracia». La responsabilidad: en parte propia («nosotros los incluimos (a Tamayo y Sáez) en nuestra lista y pedimos a los ciudadanos que los votaran junto con el resto de sus integrantes»), pero sobre todo ajena («desde la misma noche electoral fuerzas e intereses muy poderosos se pusieron en marcha para impedir que se cumpliera el mandato de las urnas»). A lo largo de la intervención, el dirigente socialista apuntó en todo momento con dedo acusador a las filas del Partido Popular mediante su personal visión de los hechos sucedidos desde el pasado 25 de mayo. Un relato en el que los nombres de los dos diputados ex socialistas se mezclaron con insistencia con los de diversos militantes 'populares', como el abogado José Esteban Verdes -al que Tamayo llamó tres veces «el día del golpe»- o el secretario general de Madrid, Ricardo Romero de Tejada, quien se reunió también ese mismo día con el promotor inmobiliario Francisco Bravo, amigo y supuesto cómplice de Tamayo, según el PSOE. «Si nosotros tenemos mucho que explicar sobre los corruptos -advirtió-, en el otro lado de la Cámara tienen mucho que explicar sobre los presuntos corruptores. Con una diferencia importante. Los corruptos estaban en el Partido Socialista y ya no lo están. Los presuntos corruptores estaban y siguen estando en el Partido Popular, que los ampara y defiende además de beneficiarse de sus actos». Programa electoral Tras el bombardeo de acusaciones, el candidato socialista pasó a presentar su hipotético programa de gobierno que, dadas las circunstancias, sonó más a programa electoral para futuros comicios. No en vano, minutos antes se había comprometido una vez más a no acceder a la presidencia de la comunidad «con la actual composición de la cámara», es decir, mientras Tamayo y Sáez no dejen sus escaños. Reconoció que dentro de su partido se le ha animado a hacerlo, pero aseguró que sería algo «incompatible» con su conciencia personal y política. «Con toda probabilidad -aseguró- iremos a unas elecciones repetidas». Sin embargo, impuso dos requisitos «indispensables»: que pasen los dos meses que establece el Reglamento tras una sesión de investidura fallida antes de disolver la Asamblea, y que «se sepa todo lo ocurrido».