Declarados culpables los acusados por el crimen en el Maremágnum

El tribunal popular ha declarado culpables por unanimidad a los acusados por la muerte del joven ecuatoriano Wilson Pacheco el pasado 27 de enero de 2002 en el Maremagnum de Barcelona. En los próximos días, el juez dictará sentencia contra ellos por un delito de homicidio intencionado por dolo eventual, que se castiga con penas de 10 a 15 años de cárcel. Los miembros del jurado consideran, con esta decisión, que los acusados actuaron tras un «acuerdo tácito» de causar la muerte a la víctima. El jurado considera que el portero del local Caipirinha, James Anglada; el portero de Mojito, Mariano Romero, y el vigilante de seguridad, Antonio Fernando Quincoces, son responsables de la muerte del ecuatoriano puesto que «conocían la altísima probabilidad de que tras su empujón» a Wilson Pacheco y arrojarlo al agua «se podría producir la muerte de este». Por el contrario, el jurado ha desestimado la posibilidad de que actuaran por motivos racias, tal y como sostenía la acusación particular en representación de la familia de Pacheco. No obstante, el jurado sí ha considerado, también por unanimidad, que los acusados actuaron con una agravante de abuso de superioridad, al utilizar sus defensas en la agresión. Larga deliberación Los miembros del jurado han estado reunidos desde el pasado jueves y no ha sido hasta ayer por la mañana cuando han tomado una decisión. De hecho, ha sido la deliberación más larga en la historia de los juicios con jurado popular en la Audiencia de Barcelona. En total, casi cuatro días de deliberación para resolver un total de 87 preguntas. El veredicto de culpabilidad de homicidio se ha producido en gran parte en base las imágenes de los vídeos del Maremagnum, que registraron los hechos. Además, los acusado no han negado su participación, aunque siempre han mantenido que no querían matar a Pacheco. El tribunal ha considerado probado que la madrugada del 27 de enero de 2002, Pacheco y unos compatriotas se dirigieron a la discoteca Caipirinha del Maremagnum, pero no llegaron a acceder al local porque les negaron la entrada, debido a que iban bebidos. En ese momento, se inició una discusión entre el grupo de clientes y los porteros, que acabaron con diversos insultos, golpes y empujones hasta la muerte del ecuatoriano.