«Hubo una reconversión y me quedé sin trabajo»

Nacido en La Ercina, José Bañuelas volvió a los 55 años de Suiza para reemprender su vida laboral en España, aunque sin éxito: a su edad nadie le daba empleo, aunque demostrara una cualificación profesional más que envidiable después de trabajar 23 años en un hotel de Zurich, donde hicieron una reconversión de plantilla y le dieron sólo dos alternativas: despedirse o que le despidieran. Cuando al final consiguió una modesta prejubilación pagadera en francos suizos se encontró con la sorpresa de que no crecía ni siquiera conforme a la inflación, sino que, incluso, disminuía en euros y antiguas pesetas, a medida que se devaluaban el dólar y la moneda helvética en la que había cotizado a cambio de un seguro público para la vejez. Ahora cobra 450 euros -un 40% menos que cuando regresó a León- y con esa cantidad tiene que vivir y pagarse también la atención médica: el equivalente a 13.000 de las desaparecidas pesetas, que incluye a dos nietos de muy escasa edad.