Rajoy pide a Imaz que demuestre su buen talante y retire el proyecto
El Gobierno considera que la elección del nuevo presidente del PNV no es una noticia digna de consideración en sí misma. Lo importante, más allá del talante moderado que se atribuye a Josu Jon Imaz, es ahora saber cuáles serán sus decisiones políticas, una opinión que comparte también el secretario general del Partido Popular, Mariano Rajoy. «Nuestra posición respecto al Partido Nacionalista Vasco -señaló el ministro Portavoz, Eduardo Zaplana- no está motivada por una cuestión personal, sino por una propuesta y sobre un plan». Con este argumento, eludió pronunciarse sobre el sucesor de Xabier Arzalluz al frente del Euskadi Buru Batzar (EBB). Tanto es así que ni siquiera le felicitó por su nombramiento. El fondo de sus palabras fue el mismo que el del ministro de Trabajo. «Me gustaría -señaló- que aparte de tener buen talante, el futuro jefe del PNV retirara el Plan Ibarretxe que es lo que la mayoría de los ciudadanos esperamos en estos momentos». El nombre del sucesor de Arzalluz se conoció sólo un día después de que el Partido Popular aprobara en el Congreso la polémica reforma del Código Penal que permitirá encarcelar a Ibarretxe si decide celebrar un referéndum sobre su propuesta de Estado Libre Asociado. Esta falta de apoyo a su última iniciativa contra el plan vasco recibió ayer las críticas de Zaplana que, de forma especial, arremetió contra el PSOE. «Por una vez, le voy a reconocer cierta coherencia concluye esta legislatura como le ha caracterizado: detrás de Izquierda Unida y de una pancarta». Como ya hiciera tras el último Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno vinculó la decisión de los socialistas de no sumarse en esta ocasión a su estrategia frente al Plan Ibarretxe con el acuerdo de gobierno que el PSC firmó en Cataluña con los independentistas de Esquerra Republicana. A su juicio, el documento suscrito por el partido que lidera Pasqual Maragall lleva a pensar en «un proceso de liquidación de la Administración central». «Pero el verdadero problema no reside ahí, si no en que un partido nacional suscriba esas posiciones en una comunidad autónoma y las convierta en obligatorias al resto de sus miembros en el conjunto de España». Zaplana aseguró que el Ejecutivo no pretende ser alarmista y que es plenamente consciente de que habla de cuestiones que aún están sobre el papel y no han sido llevadas a cabo.