Diario de León

La ministra de Exteriores espera que el comentario no provoque una nueva crisis con Marruecos

Palacio admite que Trillo ha abierto un incidente «poco grato» con Rabat

La ministra se vio obligada a hablar cuatro veces con los políticos alauís, dos con Benaisha

Loyola de Palacio y Ana Palacio posan bajo un olivo centenario en Toledo

Loyola de Palacio y Ana Palacio posan bajo un olivo centenario en Toledo

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Juan Vicente Muñoz - colpisa

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Ana Palacio reconoció este domingo que las declaraciones jocosas de su compañero de gabinete y titular de Defensa, Federico Trillo, sobre la toma del islote de Perejil han provocado, cuanto menos, un incidente «poco grato» con Marruecos. La ministra de Asuntos Exteriores confirmó que a lo largo del sábado se vio obligada a mantener hasta cuatro contactos telefónicos con altos representantes del Gobierno de Rabat -dos de ellos con su homólogo, Mohamed Benaisha- para hablar sobre la cuestión. Pese a todo, se mostró confiada en que el episodio no afecte a la «calidad» de las relaciones con el país vecino, reconstruidas durante el pasado año tras una crisis que duró más de quince meses. El origen de este último conflicto diplomático con Marruecos se encuentra en un comentario poco afortunado de Trillo realizado este viernes durante una cena mitin con militantes del Partido Popular en Alicante. «Me habría gustado -dijo- ser ministro de Defensa hace ocho años para haber tomado la isla de Perejil y que nuestros pescadores faenar en aguas de Marruecos ¡caramba!». Uno de los últimos problemas entre España y el país del Magreb tuvo como protagonista este islote que los marroquíes consideran suyo y al que llaman Laila. En julio del 2002 el peñasco fue ocupado por sus gendarmes y liberado tres días después por tropas españolas. Hoy unos y otros (la Guardia Civil por el lado español) se alternan su vigilancia. En un primer momento, la frase de Trillo fue interpretada por la oposición tan sólo como una zafiedad poco propia de un ministro. No obstante, ante sus críticas, el titular de Defensa se vio obligado el sábado a explicarse. Aseguró así que su comentario se refería al pasado y que en modo alguno podría trasladarse al presente o al futuro. Además, protestó por que se hubiera sacado de contexto, porque no tenía categoría de discurso público sino que fue pronunciado en un acto de precampaña electoral, al que no estaban invitados medios de comunicación. En cualquier caso, Trillo aseveró que daría sus palabras por no dichas en caso de que se quisieran utilizar como arma para poner en duda las «espléndidas» relaciones que el Gobierno española mantiene con los «amigos marroquíes».

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