Diario de León

El terrorista Abu Dahdah, que se encuentra en prisión, hizo de enlace entre Zougam y varios grupos extremistas

La policía cree que el jefe de Al Qaida en España jugó un papel central el 11-M

«Por encima de mí sólo está Dios», le dijo Zougam a la policía en su declaración El g

Miles de personas continúan encendiendo velas en Atocha en recuerdo de las víctimas del atentado

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Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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Imad Edim Barakat Yarkas, Abu Dahdah, el jefe de la célula española de Al Qaida desarticulada en noviembre del 2001, aparece las últimas horas en el centro de las investigaciones de los servicios de Información sobre la masacre del 11-M. Este ciudadano hispano-sirio fue quien hace años movió todos los hilos para que uno de los tres marroquíes detenidos el pasado sábado en Madrid, Jamal Zougam, y un compañero suyo, el sirio Mohamed Maher al Halak, pudieran conectar con dos de los grupos terroristas cuya sombra planea sobre los atentados de Madrid: los kurdos iraquíes de Ansar el Islam (la organización a la que tan fuerte golpeó Estados Unidos en la guerra de Irak con el lanzamiento sobre sus campamentos de 50 misiles) y los marroquíes Leones Eternos de Abu Mughen. La nueva línea abierta resucita la investigación que Francia comenzó antes de los atentados del 11-S, sobre la supuesta relación de Zougam y su amigo Maher, alias Chej Maher con grupos extremistas kurdos y marroquíes. Aquellas pesquisas fueron las que motivaron que en verano del 2001 Francia pidiera a España que registraran los domicilios de los dos sospechosos en Madrid. Tirando de aquellos indicios, las fuerzas de Seguridad han llegado a Abu Dahdah, que conocía, y mucho, a Zougam, con quien mantenía contactos, al menos en el 2001. El presunto cabecilla de la célula española, al que el juez Baltasar Garzón vincula con los atentados del 11-S, fue quien en octubre de 1995 hizo las gestiones para enviar a Jamal Zougam y Chej Maher a Oslo para que allí contactaran con el máximo responsable de Ansar el Islam, Najmuddin Farah Ahmad, conocido como Mulá Krekar. Abu Dahdah ha solicitado declarar hoy ante el juez Garzón. Noruega La pista noruega del 11-M, defen-dida desde el inicio por el inves-tigador de las familias del 11-S, Jean-Charles Brisard, ha tomado nueva relevancia después de que se haya confirmado varios extremos. Por ejemplo, que es cierto que Jamal Zougam realizó varios viajes a Noruega para entrevistarse con el líder de los terroristas kurdo-iraquíes poco después de que Abu Dahdah hiciera las gestiones. Por otro lado, Zougam afirmó durante su declaración a la Po-licía que por encima de él «sólo está Dios» y que «lo único que me preocupa es Dios». Zougam fue quien se encargó de comprar todas las tarjetas «Activa» que se insertaron en los catorce teléfonos móviles conectados a los detonadores de las bombas. Los explosivos estaban preparados para activarse cuando saltara la alarma de los teléfonos móviles, en modo de vibración, y el impulso eléctrico llegara a los detonadores. Pero las relaciones entre la célula española y los terroristas de Noruega van más allá, según se desprende de las últimas investigaciones de la UCIE. El rival de Abu Dahdah desde 1996 al frente del grupo de Al Qaida en la península, Abdulla Khayata Kattan, también mantuvo contactos muy estrechos con los activistas de Ansar el Islam e incluso se desplazó a Noruega el 13 de marzo de 1996 para entrevistarse con el Mulá Krekar, al mismo tiempo que el detenido en Lavapiés se encontraba en Oslo. Las relaciones La figura de Khayata -sostienen fuentes de la investigación- también podría estar relacionada con el 11-M. De hecho, el líder de los radicales escindidos del grupo de Abu Dahdah fue quien se ocupó de los problemas de vivienda en Leganés (Madrid) de uno de los máximos responsables de los atentados de Casablanca y miembro de los Leones Eternos, Salahedinne Beyaich, Abu Mughen, a su vez íntimo amigo del marroquí detenido por las masacres de los trenes. Las policías de los tres países implicados en esta rama de la investigación sospechan que Abu Dahdah fue quien puso en contacto al detenido en Madrid con Abu Mughen. En intervenciones telefónicas realizadas cinco días antes de los atentados de Nueva York y Washington, el propio Jamal Zougam daba cuentas a Abu Dahdah sobre el encargo de visitar en Tánger la casa de Abu Mughen y de su hermano, Abdulaziz Beyaich, éste último detenido en junio del 2003 en Algeciras también acusado de haber dirigido los ataques de Casablanca.

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