El PP no firma el pacto del «pluralismo» y se aísla de todos los partidos políticos

El PSOE obtuvo ayer el compromiso firme de todos los grupos parlamentarios -con la excepción lógica del PP- de que jamás quedará en minoría en las Mesas del Congreso y el Senado. Es el pago que asumen las formaciones minoritarias a cambio la integración de CiU, IU, PNV y Entesa Catalana del Progrés (PSC, ERC y ICV) en los órganos de gobierno de ambas Cámaras, que quedarán formadas este viernes. La sesión constitutiva de la Cámara Baja deparará pocas sorpresas. La diferencia de votos entre socialistas y populares hace que la presidencia esté ya adjudicada a Manuel Marín. En la Cámara Alta, sin embargo, existe una posibilidad, aunque sea remota, de que «salte la liebre». Si fallan cuatro senadores de un grupo distinto del PP, éste lograría contra todo pronóstico el puesto de presidente. Ante esta eventualidad, el PP ha decidido presentar un candidato a este puesto: Rosa Vindel. La composición de las mesas es el resultado de las negociaciones mantenidas a lo largo de los últimos días por Jesús Caldera y Alfredo Pérez Rubalcaba con el resto de los grupos parlamentarios. Además del reparto en las mesas, los socialistas prestarán además diputados y senadores a los canarios para que formen grupo parlamentario propio. Todo a cambio de que no sumen sus cuatro senadores a los del PP y otorguen a este partido la presidencia del Senado. Así, el PP se queda en este órgano con tres cargos institucionales, frente a los cuatro que habría logrado de otra manera. Pacto de diálogo El pacto sellado ayer tiene para Rubalcaba y Caldera un espíritu de continuidad. «Más allá de proyectar en los órganos institucionales la pluralidad de las Cámaras -señaló el nuevo portavoz socialista- refleja fielmente las pautas que seguirá nuestro grupo a lo largo de la próxima legislatura: el diálogo, la búsqueda del consenso, el respeto al adversario, y la potenciación del Parlamento como centro de la vida política». También los restantes grupos, salvo el PP, interpretaron así el acuerdo; sólo que, en su caso, fue más un deseo que una declaración de principios. Lo cierto es que los socialistas, que gobernarán en minoría, necesitarán labrarse muchos apoyos a lo largo de todo este periodo para sacar adelante todas sus iniciativas. Nunca se había alcanzado un convenio tan amplio como el logrado ayer, pero también es verdad que nunca el primer partido de la oposición había sido tan fuerte en número de escaños como lo es ahora el PP. Y, según subrayaron varios portavoces firmantes, entre ellos el de Convergència i Unió, Josep Antoni Duran Lleida, «este es un acuerdo que se ciñe única y exclusivamente al ámbito legislativo y no es un acto de garantía y estabilidad para el Gobierno como han señalado voces críticas». Como dato en el que apoyar este argumento está el hecho de que casi ningún partido ha expresado aún que hará en la sesión de investidura y si apoyará o no a José Luis Rodríguez Zapatero. Es más, casi todos ellos insisten en que el documento que lleva por nombre A cuerdo por el pluralismo político en los órganos institucionales del Congreso ) no afectará a sus decisiones futuras, salvo en lo que respecta compromiso de no dejar en minoría a el PSOE en las mesas. Eso sí, no fueron pocas hoy las críticas de todos los grupos parlamentarios contra el PP. CiU, EA e IU remarcaron que ahora se logrará lo que, a su juicio, los populares han impedido en los últimos años: la regeneración democrática.