La redada contra la cúpula de ETA aborta varios atentados inminentes Todos menos Mikel Antxa

La redada que el viernes permitió detener en Francia a dos de los máximos responsables de ETA, Félix Alberto López de la Calle, Mobutu , y Félix Ignacio Esparza Luri, Navarro , y a la encargada de compras de armas, Mercedes Chivite, Mertxe , abortó varios atentados «inminentes» con explosivos que la organización terrorista tenía previsto cometer en España. El ministro del Interior, Ángel Acebes, explicó ayer que el primer fruto de las detenciones, a las que calificó como «uno de los golpes más duros de los últimos años» a la banda, fue el hallazgo de un almacén etarra en Bagnéres de Bigorre, población francesa muy cercana a Lourdes, a escasos kilómetros de la frontera española. En el piso franco, junto a materiales para la confección de artefactos, había dos mochilas cargadas con tres kilos de explosivo cada una dentro de ollas y dos bombas-lapa -de las utilizadas para volar vehículos-, que iban a ser entregadas a comandos «para su uso inmediato». De hecho, en las inmediaciones de la casa, que posiblemente fue abandonada por los terroristas pocas horas antes, estaba aparcado un coche robado y con matrículas falsas, que serviría para trasladar los explosivos a los miembros de los comandos. El responsable de Interior comentó que más allá de estos éxitos inmediatos de la redada, ejecutada por la policía francesa y la Guardia Civil, la operación continúa abierta y no es de descartar que se produzcan nuevas detenciones y la localización de otros arsenales de armas y explosivos o de pisos y talleres de la infraestructura terrorista. Además de la información que pueda ser obtenida de los interrogatorios de los tres detenidos y de las pistas descubiertas en los registros de sus viviendas, la clave puede estar en la abundante documentación sobre ETA y en los ordenadores requisados a Mobutu y Navarro. Ángel Acebes calificó la operación como «un gran éxito» en la lucha antiterrorista, que en un sólo día permitió capturar al número 2 de ETA, máximo responsable de la organización militar y encargado de la coordinación de todas las áreas operativas y logísticas de la banda, López de la Calle, al jefe de la logística de la organización, Esparza, y a la compañera sentimental de Mobutu y responsable del aprovisionamiento de armas dentro del aparato internacional, Mertxe. El ministro situó a Mobutu como el máximo responsable de la actuación de los comandos junto con Esparza. La dimensión de la operación es tal que de la cupula de ETA sólo quedarían en libertad su responsable político y presunto número 1, Mikel Albizu, Mikel Antza , al que se supone apoyado por el ex parlamentario de Batasuna e histórico dirigente etarra en busca y captura José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera. El ministro señaló que la investigación que cuajó el viernes en la redada contra la dirección de ETA se inició hace varios meses y siguió las pistas dejadas en los alquileres de pisos francos por parte de Esparza, también conocido como Gaba o Ana. Este último nombre clave es el que le daba Susper, ex jefe militar de la banda, cuyos documentos, incautados con su detención en diciembre pasado, permitieron saber quién era el nuevo jefe logístico, tras la caída del anterior en el 2001. Parte de la pista para localizar los inmuebles de Ana, según fuentes del caso, la conformaban los diversos enseres de bebé -sillas, pañales, ropa, juguetes, etc.- que se localizaron en los últimos meses en las casas descubiertas de la infraestructura logística. Los agentes franco-españoles sabían a que se debían: la niña de dos años y medio con la que se movía Esparza por el sur de Francia, su hija Irati. La responsabilidad directa sobre la niña se debía a que su madre, la etarra Laurence Guimón, fue detenida hace poco más un año, en enero del 2003.