Diario de León

Las Fuerzas de Seguridad desconocen todavía si fueron cinco o seis los islamistas inmolados en el piso de Leganés

La policía busca en el sur de Madrid otro piso franco de los terroristas huidos

Miles de agentes locales de nueve ciudades de la región criban las últimas viviendas alquiladas

Las Fuerzas de Seguridad vigilan los lugares estratégicos ante la amenaza terrorista

Las Fuerzas de Seguridad vigilan los lugares estratégicos ante la amenaza terrorista

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A. Torices / C. Calvar - madrid
León

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Un dispositivo de seguridad sin precedentes «peina» la Comunidad de Madrid en busca de los terroristas que el sábado pasado eludieron la redada de Leganes, en la que murieron inmolados los cabecillas de la célula islamista que cometió la masacre del 11-M, y con el objetivo primordial de localizar el nuevo piso franco, el tercero de la banda, en el que pueden haberse refugiado los huidos. A expensas de que se identifique a la totalidad de los terroristas muertos en Leganés y de que se determine su número -cinco o seis-, lo que podría suprimir nombres de la actual lista de sospechosos huidos, los investigadores centran sus pesquisas en tres marroquíes: los hermanos Mohammed y Rachid Oulad y Said Berraj. Los tres son extremadamente peligrosos, miembros del núcleo del comando y posiblemente autores materiales de los atentados, pues se sospecha que formaron parte del equipo de unos nueve asesinos que colocaron las catorce mochilas en los trenes el 11-M, además de participar en la adquisición de la goma 2 y en la fabricación de los artefactos explosivos. Gran despliegue El dispositivo, en el que la Brigada de Información de la Policía Nacional cuenta con la inusual colaboración de miles de policías locales y de agentes de la Guardia Civil, se centra en los barrios y ciudades del sur y oeste de la región, que es la zona en la que los sospechosos magrebíes pueden pasar más desapercibidos por la importante colonia de extranjeros que reside allí; es, además, el área por el que el comando fundamentalista se ha movido en el último mes, tanto para preparar sus ataques como para refugiarse como para cometer los atentados. Las fuentes antiterroristas consultadas indicaron que el rastreo se lleva a cabo, al menos, en barrios del sur de Madrid, en Fuenlabrada, Getafe, Móstoles, Alcalá de Henares, Meco, Torrejón, Coslada, Leganés y Azuqueca de Henares. Las fuerzas de Seguridad revisan contratos públicos y privados de alquiler recientes y consultan bases de datos municipales sobre arrendamientos, y recorren también los barrios en busca de información, trabajo en el que muestran a los vecinos las fotos de los sospechosos. La operación de rastreo masivo es paralela y complementaria de las vigilancias e indagaciones más puntuales que las brigadas encargadas de la investigación de los atentados realizan en el entorno directo de los sospechosos -familiares, amigos y conocidos-, en sus alojamientos pasados, en sus círculos sociales y en los lugares que más frecuentaban -cafés, restaurantes, mezquitas...-. Este despliegue, desconocido hasta hoy en la comunidad, se mezcla con el vasto dispositivo de seguridad organizado el pasado domingo, y que incluye la vigilancia y control de todo el transporte público que recorre la comunidad madrileña, así como el despliegue de unidades del Ejército en determinados puntos «estratégicos»; por ejemplo, los embalses y pantanos que salpican la sierra norte de la autonomía. La participación de efectivos militares en las labores de protección y vigilancia se extiende a algunas provincias limítrofes, como Guadalajara y Toledo.

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