Diario de León

Solana reconoce que será «difícil» encontrar países que quieran enviar ahora soldados a Irak | Crónica | Revisión de posturas |

La UE anuncia que no interferirá en la decisión de Zapatero sobre las tropas El Ejército del Mahdi, en el punto de mira El mea culpa de Palacio

Los Quince quieren una nueva resolución de la ONU antes de que llegue el 30 de junio La que fue ministra de Exteriore

LASZLO BALOGH

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Antonio Rodríguez - tullamore (irlanda) otr press | madrid
León

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El ministro irlandés de Exteriores y presidente de turno del Consejo de Ministros de la Unión Europea, Brian Cowen, adelantó ayer que cualquier decisión que adopte José Luis Rodríguez Zapatero sobre las tropas españolas desplegadas en Irak será «respetada» por el conjunto de la UE. «Obviamente, no hacemos comentarios sobre las decisiones internas del Gobierno español. Toda decisión que llegue será respetada por nosotros», manifestó brevemente en rueda de prensa tras el segundo día de reuniones de los jefes de la dipolomacia en Tullamore (Irlanda). Preguntado si una nueva resolución de la ONU podría ir tan lejos como Zapatero quiere para no ordenar el repliegue, Cowen indicó que la aprobación de un texto por parte del Consejo de Seguridad sería «un mecanismo muy útil que incremente la legitimación del proceso de transferencia de soberanía» y que este sea de forma ordenada. Así, ayer los Quince consideraron necesaria una nueva resolución de la ONU antes de que se produzca el traspaso de poder en Irak, previsto para el 30 de junio. En la reunión del viernes en Tullamore, Zapatero recibió las primeras críticas dentro de la UE por su decisión de retirar las tropas, concretamente por parte de Portugal y Dinamarca. El más explícito fue el primer ministro luso, José Manuel Durao Barroso, quien subrayó que la decisión de Zapatero «no aportará seguridad» frente a las amenazas de Al Qaida. Apoyo de Solana El alto representante de Política Exterior de la UE, el español Javier Solana, mostró su convicción de que las tropas españoles deben permanecer en Diwaniya, aunque no ve motivos para criticar al nuevo jefe de Gobierno. Asimismo, ad-mitió que será «difícil» encontrar países que quieran enviar tropas a Irak dada la situación actual de inseguridad. El comisario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, mostró su convencimiento de que una derrota en Irak tendría unas consecuencias «mucho más serias» que las que se produjeron tras la salida de las tropas estadounidenses de Vietnam. «En el caso de Irak, si fallamos, sufriremos las consencuencias durante mucho tiempo», advirtió el político británico. Desde su base en las afueras de Nayaf, los norteamericanos preparan su asalto a la ciudad y lanzan patrullas al interior de la ciudad y a los alrededores en busca de miembros del Ejército del Mahdi, la micilia de Muqtada Al Sadr. No es una tarea fácil, al margen de su gusto por la vestimenta de color negro, los milicianos apenas se distinguen de la población civil. Ni siquiera por portar armas. Irak es un país con nueve millones de armas en manos de civiles. En la foto, soldados americanos vigilan a tres arrestados, maniatados y encapuchados, en la base militar instalada en Nayaf. La ministra de Asuntos Exteriores en funciones, Ana Palacio, reconoció ayer que no se logró convencer a la sociedad española de la decisión que tomó el anterior presidente del Gobierno, José María Aznar, para que España interviniera en la guerra de Irak. De esta forma, la ministra hizo autocrítica de las decisiones que los populares tomaran en política exterior respecto a la participación de las tropas españolas en Irak. Un poco antes de participar en su última reunión como jefa de la diplomacia española, Palacio reconoció que es necesario realizar autocrítica por no haber conseguido transmitir a la sociedad las razones con las que el Gobierno aseguraba contar para apoyar la guerra de Irak, junto a Estados Unidos y Reino Unido. A pesar de esta autocrítica, la ministra no quiere caer en un «proceso de autoflagelación» ni «reescribir las decisiones» que ya se tomaron. Palacio también dijo que el Gobierno falló en materia de comunicación y explicación, y añadió que «no ha sido capaz de trasladar determinadas ideas». «No es facil -añadió- cuando uno tiene que lanzar una idea que rompe con las ideas preconcebidas». En esta línea, la ministra se refirió a las razones históricas de «pacifismo y ansia de paz» que marcaron a la sociedad española desde la Guerra Civil de 1936 a 1939. Sentimiento antiamericano La mujer que hoy cederá su cargo como ministra de Asuntos Exteriores a Miguel Ángel Moratinos, piensa que otro de los factores por los que la sociedad española no ha apoyado al Gobierno ha sido por el sentimiento antiamericano que tienen muchos ciudadanos. «Son dos fenomenos distintos que no hay que confundir y que hay que abordar con pedagogía», dijo. En cuanto al futuro de Irak, la ministra insistió en que lo más trascendente ahora es determinar la resolución que la ONU disponga para este país, tras haber sido escenario de una «polémica nominalista muy artificiosa». Ana Palacio, desestimando toda crítica por parte de los socialistas, aludió a las dos resoluciones que la ONU propuso a la comunidad internacional para conseguir la estabilidad y la democratización de Irak. Estas, según la jefa de la diplomacia, se referían al necesario envío de tropas españolas para conseguir los fines citados. Palacio cree que es necesario la reconstrucción de Irak, así como la posición estratégica de las tropas, para mantener la seguridad y construir un «efecto paraguas».

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