Diario de León

Los documentos desclasificados confirman que repaldar la guerra era un riesgo para la seguridad

La policía advirtió de que España sería objetivo?de Al Qaida?si apoyaba?la guerra

Los servicios de información barajaban la posibilidad de un gran atentando

Miembros de la asociación de Víctimas del Terrorismo realizan la peregrinación a Compostela

Miembros de la asociación de Víctimas del Terrorismo realizan la peregrinación a Compostela

Publicado por
Melchor Sáiz-Pardo - madrid
León

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Los servicios de Información de la Policía temían un gran atentado islamista en España desde febrero del pasado año. Es más, los analistas del CNP creían que la determinación del Gobierno de Aznar de apoyar la invasión de Irak había situado a España en el punto de mira de Al Qaida. Tres de los documentos desclasificados por el nuevo Ejecutivo el pasado viernes y que ayer llegaron a la comisión de investigación del 11-M insisten de manera reiterada en que el respaldo español a la guerra contra Sadam Hussein suponía un «factor de riesgo» añadido para la seguridad del país. Todos estos informes eran conocidos por el Gobierno del PP desde antes de la masacre de Madrid. La alerta máxima saltó en 2003 a raíz de la guerra de Irak. En noviembre del pasado año, la Unidad Central de Información Exterior de la Policía (UCIE, el grupo antiterrorista islámico) fue tajante a la hora de analizar el riesgo del apoyo a la invasión: «España figura ya como un objetivo declarado de Al Qaida y esta organización está cumpliendo sus amenazas, atentando contra objetivos que han sido recientemente incluidos como tales, por lo que cabe deducir que España podría ser objetivo en próximas fechas, bien en nuestro territorio, bien contra intereses españoles en otro país». El premonitorio análisis no era gratuito. En ese mismo informe, hasta ahora secreto, la UCIE señalaba que Al Qaida ya no se contentaba con alentar a los «musulmanes a tomar las armas contra sus propios gobiernos» sino que la organización de Osama Ben Laden había decidido que «los musulmanes deben tener como objetivo directo los intereses de las fuerzas de la coalición, en clara referencia a los países que tienen tropas en Irak». Pero el miedo de la Policía a un atentado terrorista como respuesta de Al Qaida al apoyo a la ocupación era aún anterior. Anterior incluso a los ataques de Casablanca, en mayo de 2003, que tuvieron como objetivo prioritario la Casa de España. El 20 febrero del pasado año, justo un mes antes del comienzo de la guerra, los especialistas de las fuerzas de Seguridad en terrorismo islámico volvieron a advertir del problema que Irak podía suponer para la seguridad interna. «Con respecto a España, explicaba la UCIE, aunque todavía no se tiene conocimiento de que se haya vertido ninguna amenaza expresa contra nuestros intereses, la posición que sostiene nuestro Gobierno obliga a ponderar el incremento de la amenaza de riesgo, dado que nuestro país podría sumarse a la lista de principales aliados de EEUU». Una alerta antiterrorista que la Policía creía ya entonces que iba a aumentar si se iniciaba el conflicto, tal y como finalmente ocurrió. La Policía insistió en el peligro aun cuando ya el Ejecutivo había aprobado un mes antes el envío de tropas a Irak. Fue en junio de 2003, días después de los atentados de Casablanca. Los servicios de información, en uno de sus informes remitidos a Europol, ya no hablaban de un aumento de la amenaza, sino de «riesgo». «El apoyo de nuestro Gobierno a la intervención militar en Irak por parte de los EEUU y sus aliados es, sin duda, un factor de riesgo que se viene a añadir a los ya existentes».

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