Diario de León

«Nos arreglamos solos y con el medallón estamos seguros»

Maximina y Pepe, vecinos de La Urz de 82 y 78 años, tienen teleasistencia desde que hace cuatro años el hombre sufrió una angina de pecho, aunque, afirman, «la última no te la quita nadie»

León

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En La Urz sólo hay diez cocinas con lumbre este invierno. Maximina, Pepe y la hermana de éste, ausente estos días porque se ha ido a la capital, prenden la suya cada día. Fue su hijo quien hace cuatro años les sugirió solicitar el servicio de teleasistencia, después de que Pepe sufriera una angina de pecho y se llevaran un buen susto hasta que lograron hospitalizarlo y sacarlo del peligro. Tienen tres medallones, uno para cada uno. Pulsando el botón se ponen en contacto telefónico con el centro de teleasistencia de Cruz Roja en Valladolid, desde donde se atienden todas las llamadas de Castilla y León. Después de varios tonos, una voz familiar para las voluntarias de Cruz Roja de La Magdelana que realizan su visita a La Urz: 1397058884 Buenas tardes, teleasistencia Castilla y León. Les habla Asun . 1397058884 Buenas tardes, somos las voluntarias de La Magdalena que hacemos la visita rutinaria a los usuarios de La Urz. -Muy bien, ¿cómo están? -Bien, están bien. -¿Se están librando de la gripe? -De momento, sí. -Muy bien, todo está correcto. Buenas tardes. -Buenas tardes . «Estamos más seguros, pero lo que hay que tener claro es que la última no te la quita nadie», asegura la pareja al mismo tiempo tras finalizar la conversación telefónica. El medallón puede realizar la conexión telefónica a una distancia de 300 metros de la terminal, pero los usuarios tienden a acercarse al aparato. Los avances de la telefonía móvil no han recambiado, por ahora, el sistema de la teleasistencia, así que Pepe no se preocupa del medallón cuando sale a dar sus a veces largos paseos por el monte. Estas salidas, «lo que camine un hombre en una hora de madreñas», como antaño para buscar novia, y sus colmenas -Maximina se cura el catarro a base de miel templada- son su principal afición. Sobre la mesa de la cocina tiene abierto el libro sobre apicultura al que acude, «porque se me olvidan muchas cosas», precisa el hombre. «A mi no me duele nada, quitando estos achuchones que tengo», añade señalando las medicinas que toma para el corazón y la próstata. Maximina sufre artrosis en todas sus articulaciones. Su cuerpo se retuerce al andar, pero no para. Lo que más lamenta es haber perdido vista: «No veo con precisión y no me alcanza para hacer ganchillo y para leer, con lo que a mí me gusta», explica. Es una mujer «templada al fuego ya me puede caer el mundo encima que yo no me asusto». Hace 32 años sobrevivió al rayo que atravesó su cuerpo de la cabeza a las pies, en el monte mientras hacía la vecera de las cabras, y grabó para siempre el círculo de su cadena de oro en su cuello. «Yo creo que no siento los dolores de la artrosis porque me afectó a la sensibilidad, creo que también me quemó por dentro». El invierno no les asusta, ni tampoco espalar la nieve hasta la entrada del pueblo. «Estamos quietos aquí en la cocina, a la lumbre, y cuando nos parece encendemos la calefacción, tenemos unas gallinas y unos perros para que hagan ruido». Acomodan su vida a las fuerzas que les dan sus cuerpos, sin rendirse. TELEASISTENCIA León tiene 2.602 terminales de teleasistencia, aunque son 2.947 beneficiarios. El servicio cumplió 10 años en septiembre y ha pasado de ser gratuito a cobrar entre 4 y 12 euros al mes según ingresos. Cruz Roja de La Magdalena atiende a 60 usuarios en Omaña, Babia y la Ribera.

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