Piqué retiró su moción de censura antes de votarla para poner otra

Josep Piqué introdujo ayer una sorprendente innovación en el uso instrumental de las mociones de censura. El líder catalán retiró su propuesta de destituir a Maragall para ocupar su cargo minutos antes de que la iniciativa se fuera a votar con un resultado ya conocido de antemano: 15 diputados a favor, 120 en contra. Con su repliegue táctico de última hora, el PP catalán pretende poder presentar otra moción de censura en el actual período de sesiones del Parlament de Cataluña, que termina en verano. Los otros cuatro grupos de la cámara reaccionaron con indignación, después de que Piqué les acusara de mantener un pacto de silencio para «tapar sus vergüenzas». La teoría de un acuerdo secreto entre CiU y PSC, al que se habrían sumado los dos socios de éste (Esqerra e Iniçiativa), encontró ayer un elemento de respaldo en las declaraciones de Durán i Lleida, portavoz de Convergencia i Unió en el Congreso de los Diputados, a la televisión pública catalana. Durán, número dos de CiU, desveló que en las últimas semanas, justo después del estallido de la crisis del 3%, ha mantenido varias conversaciones telefónicas con el ministro José Montilla, quien lidera junto a Maragall el socialismo catalán. Estos contactos tuvieron por objeto «compartir inquietudes y tender puentes para que el país vaya hacia adelante», dijo el político nacionalista. El diálogo entre estos dos altos cargos del PSC y CiU parece íntimamente ligado al proceso de elaboración del nuevo Estatuto de Cataluña, actualmente a trámite en el Parlament. Como se exige el voto a favor de dos tercios de los diputados, el acuerdo entre ambas fuerzas resulta imprescindible. El teléfono de Piqué Las llamadas que se han hecho Durán y Montilla, ambos diputados en Madrid, no son las únicas conversaciones con eje en la capital de España que han influido en los acontecimientos de las últimas semanas. El jueves, durante el debate de la moción de censura, cuando Piqué hablaba por el teléfono desde su escaño, algunos diputados se preguntaban si estaría recibiendo instrucciones de Mariano Rajoy o Ángel Acebes. Los otros cuatro partidos del Parlament acusan a Piqué de actuar como ariete de la «españolización de la política catalana», tanto por utilizar métodos de la crispada política madrileña, como por aplicar una estrategia que persigue socavar a Zapatero a través del desgaste de Maragall. Otra comisión Piqué, quien el lunes participará en los habituales maitines que convoca Rajoy en la sede central del PP, se defiende como puede de las acusaciones de estar teledirigido desde Madrid. Él sobre todo ataca. Ayer, además de retirar la moción de censura, pidió la creación de una comisión de investigación específica sobre las comisiones del 3%. Sostiene que esta cuestión debe separarse del análisis del hundimiento del barrio del Carmelo, asunto que desencadenó la actual crisis. CiU le respondió que lo lógico es que la comisión que ya existe trabaje a fondo y si no basta, se estudien posibles alternativas. Al mismo tiempo, Piqué reco-noció que su grupo se reserva la posibilidad de presentar otra moción de censura en el actual período de sesiones si «creemos necesario provocar otro debate para hacer frente al pacto de silencio». Él asegura que al no haberse suspendido la votación de ayer, el PP no ha consumido su cuota de poder presentar una moción de censura por período de sesiones. Los servicios jurídicos del Parlament catalán estudian el caso. «¿Y ahora es cuando yo hablo en castellano y ustedes hacen eso de levantarse todos de repente?», preguntó ayer con gracia Manuela de Madre, presidenta del grupo parlamentario socialista y ex alcaldesa de Santa Coloma de Gramanet. Al igual que el ministro José Montilla, De Madre nació en Andalucía, en Huelva. Y quizá por eso le llama más la atención esta curiosa costumbre del Parlamento catalán. Las comparecencias de los diputados ante la prensa se efectúan en catalán. Y, cuando algún periodista lo pide, terminan con una versión resumida en castellano para los medios audiovisuales, televisiones y radios, que así se evitan tener que traducir sus palabras. Como se repite lo ya dicho, la mayoría de los periodistas salen de la sala en estampida. ERC, fuerza independentista, muy rara vez acepta esta práctica bilingüe, en coherencia con su reivindicación a ultranza de la lengua. Algunos líderes CiU a veces también se niegan aunque ayer su portavoz, Felip Puig no tuvo reparos en repetir su alocución en castellano. Los líderes, delante También resulta llamativa la distribución de los escaños en el espléndido salón de sesiones del Parlament. Los líderes de los cinco partidos tienen sus asientos en las primeras hileras de bancos. Por ejemplo, los de los grupos más minoritarios, Boada (ICV) y Piqué (PP), se sientan justo detrás del gobierno. Hay un reparto vertical, de derecha e izquierda, aunque algunos diputados de Esquerra se ubican junto a los de CiU. Es una manifestación de la llamada transversalidad catalana, opuesta a la división en bloques de la política vasca. «Piqué ha querido ser reina por un día y ha quedado de trilero» MANUELA DE MADRE Diputada del PSC «El del PP ha sido el mayor ridículo de la historia del Parlament» FELIP PUIG Diputado de CiU «Con la retirada de la moción no queremos sumarnos al oasis, sino todo lo contrario» JOSEP PIQUÉ Presidente del PP catalán