Diario de León

LAS HABITACIONES DE LOS CARDENALES

Una cama, una mesita y un crucifijo para los príncipes de la iglesia

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León

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El sucesor de Juan Pablo II será elegido en un cónclave más moderno y cómodo, según las nuevas normas previstas en la constitución apostólica Universi Dominici gregis (1996) sobre la Sede Vacante, que prevén la abolición de la clausura total de los cardenales que participan y una nueva residencia en el interior del Vaticano. Las nuevas normas sobre la elección del nuevo Pontífice, redactadas por el mismo Juan Pablo II, prevén algunas novedades, como «espacios más amplios» para los 117 cardenales que participarán en el cónclave, aunque mantienen la misma rigidez por lo que toca a guardar secreto. Hasta ahora, los purpurados electores sólo podían permanecer en sus habitaciones o en la Capilla Sixtina en el momento de las votaciones. Con la nueva Constitución, la clausura se termina y los cardenales podrán pasear por todo el recinto del Estado Vaticano, desde las capillas, las salas de reuniones o los mismos jardines vaticanos aunque no podrán hablar con nadie del exterior, leer periódicos, ver la televisión o llamar por teléfono. Para ello, serán siempre vigilados tanto dentro como fuera de los palacios apostólicos. La apertura de los espacios se ha realizado para favorecer una mayor comodidad en la vida de los cardenales, ya que muchos de ellos son ancianos. Estas medidas han hecho mucho más complicada la gestión del cónclave, ya que antes los cardenales eran encerrados en sus habitaciones con llave y las ventanas se sellaban, por lo que no había posibilidad ni de entrar ni de salir. Pero todo esto comportaba tantos problemas entre los cardenales, que tenían que compartir habitaciones para cinco con pocos baños y sin agua corriente. Debido a todas estas novedades, pese a que aún no se conoce la fecha del cónclave, a partir del 7 de abril se cerrarán al público tanto la Capilla Sixtina como otros rincones del Vaticano, fundamentalmente los jardines, un lugar que será usado por muchos purpurados para la reflexión. Otra de las novedades es la Casa Santa Marta, un cómodo edificio construido recientemente dentro de los muros del Vaticano (no existía en los tiempos de la elección de Juan Pablo II), donde serán alojados los cardenales. En los cónclaves romanos anteriores, los cardenales electores y las demás personas que entraban en la clausura del cónclave eran acomodados en las habitaciones de los Palacios Apostólicos, bastante incómodas ya que son habitaciones desprovistas hasta de las facilidades más elementales aunque decoradas, eso sí, por los más renombrados artistas que han visto los siglos. La Casa de Santa Marta, inaugurada en 1995, dispone de habitaciones individuales para cada cardenal y con un baño privado, están decoradas con sobriedad y cuentan con un cama, una mesilla y un crucifijo. Para informar de la evolución de las votaciones a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, se combinará el tradicional rito de la fumata desde la chimenea de los Palacios Apostólicos (humo negro mediante la quema de paja seca con las papeletas si en la votación no se ha elegido el Papa o humo blanco mediante la quema de paja humeda en el caso de que dos tercios de los cardenales se pongan de acuerdo en un nombre) con el toque de las campanas de la Basílica de San Pedro para anunciar la designación del nuevo Pontífice.

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