Diario de León

| Análisis | Comportamiento en el aire del helicóptero accidentado |

Los Cougar le pueden al viento

El modelo dispone de piloto automático que corrige cualquier incidencia y, además, lleva todos los sistemas duplicados. Los pilotos aseguran que se trata de un aparato muy segu

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Xosé Carreira - redacción
León

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No son el último grito pero tampoco se trata de cacharros aéreos que se caen por una simple ventolera. Los Cougar tienen fama entre los pilotos de aparatos muy seguros y fiables. Tanto es así que Eurocopter, el fabricante, tiene una buena cartera de clientes, especialmente entre los ejércitos de un amplio número de países de todo el mundo. «Si pretendes comprarte uno ya sabes que tendrás que esperar mucho tiempo por él», bromeó ayer un piloto. El capricho podría salir por unos diez millones de euros. Los gráficos publicados en los últimos días aportaron numerosos detalles del aparato pero quedaban por conocer muchos aspectos relacionados con su comportamiento en el aire. Las más de dos mil horas de vuelo que tiene a sus espaldas y los diez años que estuvo en el batallón sevillano de El Copero, al que pertenecían algunos de los fallecidos en el accidente de esta semana, otorgan a Luis Marino Aguilera, presidente de la Asociación Profesional de Pilotos Comerciales y Técnicos de Mantenimiento de Helicópteros, una opinión de notoria solvencia. «Es un aparato excelente. Tanto es así que es capaz de volar con uno de sus dos motores parados. Es de lo mejor que hay actualmente», aseguró este piloto que, durante algún tiempo, manejó aparatos como el siniestrado. Los pilotos destacan de esta aeronave su potencia. Además aseguran que el rotor, de cuatro palas, permite tener una respuesta inmediata en todo momento. También elogian el tren de aterrizaje que es retractil. Elogios a la aeronave Otro aspecto sobresaliente del helicóptero es su tecnología de cabina. Está dotado no sólo de piloto automático sino que lleva instrumentación doble. «Todos los movimientos inducidos por la meteorología, el viento por ejemplo, son contrarrestados por el piloto automático», explicó Aguilera. En el panel hay un mando denominado «modo turbulencia» que, cuando se acciona, ayuda al piloto al mantener la estabilidad del aparato, es decir el helicóptero reacciona más rápidamente ante cualquier sacudida provocada por algún fenómeno meteorológico. En este análisis no puede pasarse por alto la acción del viento. Para empezar, hay que recordar que el fabricante asegura que este tipo de aparatos están preparados para soportar fuertes ventoleras. De hecho, numerosos aparatos trabajan a diario con toda normalidad en rescates en el mar e, incluso, transportando trabajadores a plataformas petrolíferas marinas. Los accidentes, hasta ahora son escasos. De cualquier modo hay que tener en cuenta que en el mar, según los pilotos, no se producen turbulencias, cosa que no ocurre en tierra. En pleno océano un helicóptero de las características del Cougar puede afrontar vendavales superiores a los 100 kilómetros siempre y cuando el piloto ponga el morro del aparato hacia la dirección del viento. ¿Qué ocurre cuando la aeronave vuela sobre la tierra? Pues que no se cae por el impacto de una ráfaga de viento lateral, siempre y cuando esté en circulación, según explicó Aguilera. Otra cosa distinta es si estuviese en vuelo estacionario (parado en el aire), pero aún en esta situación podría aguantar rachas de hasta 50 kilómetros por hora, más o menos. «Con el helicóptero en movimiento un viento lateral de 50 kilómetros obliga al piloto a hacer alguna correción pero no de manera drástica», dijo el presidente de la Asociación Profesional de Pilotos Comerciales. Un aparato como el siniestrado en Afganistán soportaría vientos por encima de los 70 u 80 kilómetros por hora, explicó otro piloto. De todos modos hay que tener en cuenta que con viento de 80 por hora no se puede salir. Las turbulencias Las cosas cambian drásticamente cuando el aparato va a tomar tierra o inicia la maniobra de salida. El viento, en estos casos, puede resultar muy peligroso. También hay que tener en cuenta, y así lo explicó Aguilera, las turbulencias provocadas por la orografía del terreno y la altura a la que vuele el aparato. Los pilotos saben que es aconsejable pasar cualquier obstáculo a una altura tres veces superior a la de éste. Del Cougar también destaca su autonomía de vuelo: unas dos horas y media. El depósito tiene una capacidad aproximada de 1.500 litros de combustible. Los pilotos también resaltan que tiene unos índices de siniestralidad muy bajos.

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