Rajoy ordena a su partido mirar hacia el futuro y olvidar ya el 14-M

«A partir de hoy, aquí sólo se habla de futuro», dijo Mariano Rajoy a los cargos electos y orgánicos del PP, reunidos en la junta directiva nacional, que celebraron la orden con un sonoro aplauso. El presidente popular aprovechó la primera reunión del máximo órgano entre congresos en el nuevo curso político para zanjar la etapa marcada por el trauma de la derrota electoral del 14-M y lanzar a su partido hacia un horizonte distinto que quiere impulsar en la Convención del próximo mes de febrero. Sus palabras sonaban a cambio, sobre todo cuando apostó por hacer «cruz y raya de lo que pasó», pero el contenido de su discurso fue de continuidad tanto en los contenidos como en los territorios en los que piensa ejercer la oposición. Incluso se esforzó por desarmar cualquier expectativa de ruptura al advertir de que la Convención no puede sustituir las decisiones de un congreso o cualquiera de los órganos de decisión del partido. También adelantó que no pretende que este cónclave modifique ni las bases del proyecto político del PP ni su programa electoral, y que tampoco se trata de hacer cambios en los cargos elegidos en el último congreso. A pesar de ello, algunos miembros de la junta directiva apuntaron, en conversaciones informales al término de la reunión, la posibilidad de que la cita de febrero permita al líder popular añadir nuevos nombramientos que aporten un aire distinto al equipo actual. En este sentido, recordaron que los estatutos permiten al presidente designar tantos vicesecretarios como desee. Lo pasado, pasado Rajoy no mencionó en ningún momento la debacle del PP el 14 de marzo del 2004 pero aludió a ella en varias ocasiones para pedir a su partido un punto y aparte que le permita hacer una oposición más constructiva, de ahora en adelante. «Lo que ha pasado ya ha pasado y no ha sido bueno», dijo, pero no renunció ni renegó de la herencia de los gobiernos de José María Aznar y señaló que el PP todavía dispone de un amplio capital electoral y una buena base programática y de gestión. Se mostró convencido de que su partido está en condiciones de ganar las próximas elecciones -de hecho, el secretario general, Ángel Acebes, presentó un informe demoscópico que sitúa al PP en empate técnico con el PSOE- y marcó las líneas de actuación para el próximo curso político. El grupo parlamentario del Congreso va a solicitar una investigación sobre el incendio de Guadalajara que este verano costó la vida a 11 personas. Según Rajoy, la comisión de investigación realizada por la asamblea autonómica de Castilla-La Mancha fue «una auténtica burla» y los familiares y amigos de los fallecidos «tienen derecho a saber qué paso, cuáles fueron los fallos y qué hay que hacer en el futuro para que esto no vuelva a repetirse». Los cargos populares volvieron a celebrar con sus aplausos el discurso de su presidente cuando pidió a retirada del nuevo estatuto de Cataluña y criticó el proceso de reforma auspiciado por Pasqual Maragall y apoyado por Rodríguez Zapatero. «No sé cómo va a terminar -dijo-, pero termine como termine terminará mal a no ser que se imponga la lógica y el sentido común y se retire el estatuto». «Lo que pasó en su día ya ha pasado y no ha sido bueno» MARIANO RAJOY Presidente del Partido Popular