«Los Estados no valoran el impacto del sida, la violencia y la nutrición»

«Una niña de trece años comentó que prefería ofrecer servicios sexuales a un policía, a cambio de protección, que acudir a casa para que su padrastro abuse de ella», explica Kastber, director de Unicef para América Latina y El Caribe. Relatos como este se suceden en un clima de trabajo infantil en el que la aberración espera a la vuelta de la esquina. Nils Kastberg presentó ayer las impresiones de Unicef sobre la conferencia e hizo hincapié en la necesidad de instaurar un sistema de seguimiento de los compromisos que asumen los gobiernos. La Segib tiene todas las papeletas. Kastberg aseguró que la conferencia le produce un buen sabor de boca en lo que a respuesta a la pobreza se refiere, pero advierte de la urgencia de abordar otras cuestiones que azotan el navegar infantil hacia la educación y el pleno desarrollo, como son el sida, la violencia infantil y la desnutrición crónica. Al director de Unicef para América Latina y El Caribe no le tembló el pulso a la hora de testar los compromisos con mano firme y lengua locuaz y resaltó «el increíble contrastre de desarrollo que existe entre zonas de un mismo país». Precisó además que los responsables de Infancia no tienen la potestad para hacer los cambios adecuados en muchas materias y ligó el impacto de la Declaración de León al poder de la Segib. «Ese será el baremo que dicte si la Declaración de León marca un antes y un después en la defensa de los derechos de los niños», concluyó Nils.