Entre 1998 y el 2005 el carbón recibió 11.694 millones de euros
El Gobierno recuerda las ayudas multimillonarias a la minería
Indignación sindical por la «manipulación» que hace el Ejecutivo de la opinón pública
El Ministerio de Industria hizo públicas ayer una serie de cifras sobre inversiones realizadas en la minería del carbón, relacionándolas con las inversiones en otros sectores, que fueron tomadas como una provocación por parte de los sectores sindicales. Según el Gobierno, el sector de la minería del carbón recibirá ayudas por importe de 11.694 millones de euros (casi dos billones de las antiguas pesetas) en el periodo 1998-2005. Además, la propuesta de nuevo Plan del Carbón presentada por el Gobierno prevé unas ayudas superiores a los 1.000 millones de euros anuales entre 2006 y 2012, lo que supone un desembolso total de 7.605 millones. Para el próximo ejercicio, la cantidad presupuestada en concepto de ayudas al sector del carbón asciende a 842 millones, cifra doce veces superior a la destinada al Plan de Fomento de las Energías Renovables (71 millones) y más de tres veces superior a la dirigida a la promoción turística (258 millones). Jubilaciones y educación Si la comparación se hace con datos de 2004, los fondos destinados a la minería del carbón (1.300 millones de euros) permitirían pagar 160.000 pensiones de jubilación (pensión media de 654 euros al mes) o reinsertar a 290.000 trabajadores (renta de reinserción de 275 euros mensuales). También sería posible financiar los gastos de enseñanza infantil para más de 300.000 alumnos. Desde su encierro en Madrid, el secretario regional de FIA-UGT, Manuel López, recordó: «Han sido los distintos gobiernos los que han inventado una reestructuración permanente del sector, que en 1982 empleaba a casi 50.000 trabajadores. Ellos fueron los que inventaron las prejubilaciones para reducir las plantillas, y los que han dado mucho dinero a empresas que luego no han cumplido sus compromisos de empleo». López acusó a la Administración de intentar «liquidar el sector» y recordó que no sólo está en juego el futuro de un grupo de trabajadores, sino de comarcas enteras que dependen de esta actividad económica. «No queremos que nadie nos regale nada, dijo, sólo aplicar el sentido común en un plan adecuado. Pero ya está bien de mentir y de manipular a la opinión pública».
