Diario de León

Cáritas reconvierte banqueros

El director y el administrador de Cáritas de León son prejubilados de banca que ya no piensan en la cuenta de explotación y destacan el papel «vital» de los profesionales y voluntarios en esta oenegé

León

Creado:

Actualizado:

Julio Prieto y Javier Gómez han aterrizado en Cáritas Diocesanas de León este año después de vivir como prejubilados durante tres y cinco años respectivamente. «No conocía Cáritas ni creo que la conozca mucha gente, pero realmente me ha sorprendido que sea una organización tan solidificada y la amplitud de su labor con un presupuesto tan ajustado», indica el administrador, que se ve sorprendido a sí mismo en la organización humanitaria. Llegó de la mano del actual director, Julio Prieto, a quien a su vez le reclamó el obispo para ponerse al frente a la oenegé, relata Prieto. Trabajó durante 30 años en el banco y se prejubiló con 50 cuando era director provincial del Banco Santander Central Hispano. «Dedico mi tiempo a esta labor de forma voluntaria y sin cobrar nada, pero me da satisfacciones personales importantes», reconoce. «Yo antes estaba en parámetros de rentabilidad, pero con las personas, ahora, no hay cuenta de explotación», explica Prieto. No cabe duda, agrega, que sin los voluntarios y la profesionalidad del personal que trabaja para Cáritas «nada de ésto sería posible». Si la labor del voluntariado se tuviera que valorar económicamente y pagarla -agrega- «no podríamos subsistir». Destaca que cada uno de los programas que gestionan en León -desde el acompañamiento a presos al piso de mujeres inmigrantes- cuenta con una media de voluntarios, pero subraya que «es muy difícil encontrarlos». En sus filas hay desde sacerdotes rurales, como José Luis, cura en Cistierna, a funcionarios y estudiantes, pero no muchos prejubilados. En la cúpula de Cáritas son tres: Julio, Javier y Carmelo. «No lo veo ni bueno ni malo, esto es lo que hay, no cabe duda que dejar el trabajo con 52 años es prematuro pero así está organizado esto. Estorbábamos un poco», indica Javier Gómez a la hora de analizar su situación. Reconoce que al dejar el trabajo «no se me cayó el mundo encima», pero lamenta que puestos como el suyo se hayan cubierto de forma precaria y, sobre todo, el descenso en la calidad del servicio en las entidades bancarias en favor del aumento de los beneficios. Ni depresión, ni soledad, asegura, se dedicó durante cuatro años a sus aficiones, la fotografía y el cine y ahora trata de imprimir un carácter de empresa a la gestión de Cáritas, «en cuanto a organización y administración, pero no en cuanto a los beneficios que en este caso no van a parar a la caja de un banco, sino a muchas personas». Julio Prieto apunta que ha tenido que «cambiar de mentalidad» pues el control y la gestión se asemejan a su anterior trabajo, ahora los objetivos más importantes son «la calidad y la justicia social». «A nosotros nos llega todo lo que no quieren las demás oenegés», destacan sus directivos al incidir en la labor de Cáritas con los grupos más excluídos. La oenegé oficial de la Iglesia católica se financia en un 60% con fondos privados lo que, aclara, garantiza «nuestra independencia».

tracking