Del acoso escolar al maltrato a la familia en el hogar

El maltrato entre iguales -conocido con la voz anglosajana bullying- y las situaciones de maltrato a familiares adultos, principalmente la madre y el padre, son dos fenómenos en emergencia en la sociedad actual. Del primero, en lo que va de año la Fiscalía de Menores ha conocido cuatro casos más otro que finalmente fue resuelto en el ámbito educativo. La convivencia es una de las líneas prioritarias de trabajo en los centros escolares en estos momentos. Precisamente, la Consejería de Educación acaba de iniciar la campaña: «Convive y deja vivir» para mostrar a los jóvenes lo que duele el maltrato de los compañeros a la víctima y la necesidad de que no haya testigos cómplices. Del maltrato a los progenitores no existen estadísticas, en primer lugar, porque la familia no denuncia y en segundo término porque, de mediar esta medida, aún no se recogen de manera específica en la memoria de la Fiscalía. Pero sí hay una tendencia recogida en la última memoria del Fiscal General del Estado que a tenor de los informes recibidos de una docena de fiscalías subraya «un aumento desmesurado» del maltrato a los padres y madres. En León, los servicios sociales han detectado un aumento de la demanda de familias que acuden a los CEAS para pedir ayuda frente a sus hijos adolescentes. El «yo ya no puedo con él» es una expresión que, en palabras de la coordinadora Julia Martínez, se repite cada vez con más frecuencia y no solamente en boca de familias marginadas. «Vienen a pedir ayuda familias de las que llamamos normales porque pierden el control con los adolescentes», añade. «Se está abandonando la educación en valores o con ciertos referentes éticos», apunta el fiscal de menores Avelino Fierro, quien constata que a su despacho también han acudido familias en demanda de ayuda. Los valores que se imprimen a través de los programas de los medios de comunicación de masas y los videojuegos están jugando, a su juicio, un papel más crucial en el «modelaje» de los críos que la propia familia. «Muchos de nosotros hemos pasado, o estamos pasando por la experiencia de ver transformarse a nuestros hijos de niños y niñas, en personas violentas, agresivas, infelices. En unos desconocidos». Este es el testimonio de una madre leonesa que impulsa la creación de una asociación, Madres y Padres sin Fronteras (Mapa), para superar la «soledad» con que afrontan el problema las familias que sufren el día a día de adolescentes conflictivos. «Los políticos nos ofrecen parches», pero «sin profundizar en la problemática en la que estamos inmersos y nos vuelven locos con los cambios en la educación», subraya esta madre, que comprende que difícilmente los profesores pueden ayudar a la familia cuando «ellos mismos también están sufriendo una grave crisis». Los servicios sociales, alega, son «insuficientes».