Un desastre planetario

El fenómeno de la inmigración masiva es desastroso para el planeta, tanto desde un punto de vista medioambiental como humano, según un informe que la organización no gubernamental británica OPT someterá el martes a la Cámara de los Comunes. La Fundación para una Población Optima (Optimum Population Trust, OPT) critica a los gobiernos y agencias internacionales que promueven exageradamente la inmigración al estimar que practican una política de «tierra quemada», pues con su partida las poblaciones dejan al abandono parcelas enteras del globo terrestre. OPT opina que Occidente deben respetar sus obligaciones en el ámbito humanitario y acoger a los refugiados y solicitantes de asilo, pero insiste en que un «fomento excesivo» de la inmigración resulta nefasto para el medio ambiente, ya sea en los países de partida o en los de acogida. Según esta oenegé, se ha prestado demasiada atención a las ventajas económicas a corto plazo de la inmigración, sin valorar en su justa medida los inconvenientes humanos y medioambientales a largo plazo. El número de inmigrantes aumentó en 17 millones de personas entre el 2000 y el 2005, para situarse en 192 millones, y seguirá progresando, afirma OPT citando estadísticas de Naciones Unidas. Así, a lo largo del siglo XXI, 135 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus lugares de origen debido a la extensión de los desiertos, agrega. «Con demasiada frecuencia las personas que emigran son las más útiles en sus países», afirma el profesor Aubrey Manning, director de OPT y profesor en la universidad de Edimburgo, en Escocia. «De hecho, una reducción gradual de la población es la única solución para garantizar una cierta calidad de vida a las generaciones futuras», considera el profesor Manning.