Exteriores estudia enviar a Libia al barco que salvó 51 vidas en el mar

Cuatro días después de que un pesquero español con tripulación gallega salvara la vida de 51 inmigrantes en aguas del Mediterráneo, los gobiernos de España y Malta -frente a cuyas costas se encuentra fondeado el barco- continúan sin encontrar una solución al problema. La diplomacia española no descarta incluso que el Francisco Catalina tenga que regresar a Libia -el rescate se produjo a cien millas del país norteafricano, por lo que las autoridades maltesas consideran que es este el estado que tiene que hacerse cargo de los subsaharianos-, pero esta posibilidad es considerada «una barbaridad» por los miembros de la tripulación, cuyos ánimos comienzan a decaer ante la inoperancia de los gobiernos implicados. El marinero Álvaro Domínguez, uno de los tripulantes atrapados en tan rocambolesca situación, aseguró ayer al Diario de León que lo que quieren es llevar a los inmigrantes a puerto maltés, maniobra que en la que no tardarían más que un par de horas, y que todo lo demás es un sinsentido: «A Libia no los llevamos ni borrachos -afirmó-. Allí te meten preso. En otra campaña tuvimos que ir a Túnez a repostar y nos tuvieron una semana sin poder salir del barco. Imagínate ahora, con el cargamento que llevamos». Antes de ordenar al barco que se dirija a Libia, Exteriores intentará convencer al Gobierno de Malta de que se haga cargo de los indocumentados. Para ello, la diplomacia española enviará hoy a dos policías a La Valleta. Estos agentes viajan con la misión de identificar a los inmigrantes y determinar sus países de procedencia -ellos aseguran que son de Eritrea-. La embajadora española, Marta Vilardel, aseguró anoche que las autoridades de Malta han dado el visto bueno al viaje, y el objetivo de la diplomacia española es que cuando los policía españoles acaben con las identificaciones, mañana como muy pronto, La Valleta permita su desembarco. La insólita situación del Fran-cisco Catalina fue tratada ayer en Bruselas por los ministros de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, y maltés, Michael Frendo. Tras el encuentro, el jefe de la diplomacia española afirmó que su homólogo maltés «entiende las dificultades que está viviendo el pesquero y es perfectamente sensible a esa situación». Elogios de Bruselas En las conversaciones también participaron responsables de la Comisión Europea, quienes destacaron la acción de los tripulantes españoles, que «han sido solidarios con gente perdida en el mar». Al cierre de esta edición, estos contactos no habían dado frutos. Según fuentes diplomáticas españolas, Frendo explicó a Moratinos que en el momento del rescate, el barco se encontraba en la zona de salvamento marítimo de Libia, por lo que corresponde a las autoridades de Trípoli hacerse cargo de estas personas. En este sentido, el segundo de Exteriores, Bernardino León, afirmó que corresponde «a Libia o a Malta» acoger a los inmigrantes, y confió en que la situación se arregle «en las próximas horas por la situación de «urgencia humanitaria» que se ha producido. Por su parte, la jefa de la asesoría jurídica de Exteriores, Concepción Escobar, aseguró ayer que Malta «tiene la obligación de colaborar», algo para lo que, según indicó, la normativa internacional «no establece plazos». VIERNES, 13 HORAS El pesquero español se encuentra con la patera. Los inmigrantes piden auxilio. El patrón contacta con Malta, pero sus autoridades dicen que no pueden enviar una patrullera, por lo que decide subir a los subsaharianos a bordo. SÁBADO El pesquero se acerca a 20 millas de la costa maltesa, donde la armada le impide continuar. Un barco lleva agua y pan. DOMINGO Malta y España buscan una solución. Un helicóptero lleva comida al barco. LUNES Las negociaciones siguen sin dar fruto y España no descarta que el barco vaya a Libia.