Al menos treinta heridos leves al chocar tres autobuses en Madrid
La colisión a primera hora de la mañana de ayer en la entrada a Madrid de tres autobuses interurbanos en los que viajaban 104 ocupantes se saldó con 27 heridos leves, en su mayoría por contusiones, magulladuras y problemas cervicales. Cristales y faros rotos, chapas abolladas y viajeros nerviosos fue lo que se encontraron los trabajadores y vigilantes de seguridad del concesionario de Renault frente al cual se produjo la colisión. Los trabajadores del concesionario atendieron a los viajeros en sus instalaciones, ofreciéndoles sillas y agua para paliar los nervios del accidente, mientras esperaban la llegada de los primeros efectivos del Samur-Protección Civil, que instalaron un hospital de campaña, donde atendieron a 32 viajeros de contusiones leves en cervicales y extremidades inferiores. De estos, 27 tuvieron que ser trasladadas a diferentes hospitales de la capital con lesiones leves, algunos de los cuales ya han recibido el alta médica, mientras que el resto, que salieron ilesos, fueron conducidos a su destino por otro autobús de la misma compañía. Algunos testigos Junto al concesionario se encuentran un edificio en construcción y los laboratorios farmacéuticos Abbott, cuyos empleados explicaron que vieron junto a los vehículos afectados viajeros que «salían nerviosos y asustados, algunos sangrando por la nariz y otros con dolor de cervicales, pero nadie parecía estar grave». En los autobuses, que procedían de la Avenida de Aragón, San Sebastián de los Reyes y la Urbanización Valdelaguna, se trasladaban hasta Plaza de Castilla personas de una media de cuarenta años, en su mayoría mujeres, según señaló a Efe un vigilante de seguridad del citado concesionario. Señaló que los trabajadores de Renault no oyeron el choque entre los autocares y añadió que en la zona, donde el límite de velocidad es de 50 kilómetros/hora, los autobuses suelen ir a más velocidad ya que es el final del trayecto, en la entrada a Madrid. El conductor del tercer autobús dijo que la maniobra peligrosa que realizó el conductor de un turismo, justo delante del primer autocar, obligó a éste a frenar bruscamente y provocó la colisión en cadena de los otros dos vehículos de transporte de viajeros que circulaban por detrás.