Alonso despide a las tropas que viajan en misión de paz al Líbano
Rodeados de sus familiares y arropados por el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y la plana mayor del Ejército, ayer partieron los primeros 500 militares del Ejército que acuden en misión de paz hacía el Líbano desde la base naval de Rot
Varios soldados se despiden de familiares y amigos en la Base Naval de Rota
Alonso destacó que se trata de la primera vez en la historia «que una misión así cuenta con el respaldo unánime de todos los españoles» y subrayó que «contribuirá a devolver la esperanza a una tierra devastada por la intransigencia». Alonso les felicitó por la rapidez con la que se había montado todo el dispositivo de aprovisionamiento y logística. Aunque recordó que «la misión tiene riesgos», se mostró convencido de que «al ser la suya una profesión de riesgo y disciplina, nuestros militares harán un excelente trabajo». El responsable de Defensa justificó la misión de paz en el Líbano «por razones de ética, legalidad y humanidad» para devolver «su legítima autoridad al Gobierno legítimo del país, que la había perdido». «Es importante porque su paz y seguridad es nuestra paz y seguridad», dijo Alonso, quien consideró que se dan las «condiciones necesarias» para «poner fin al sufrimiento que todos hemos visto». A bordo de los buques de desembarco anfibio Pizarro y Galicia -que se unirán a la fragata Juan de Borbón y el buque de aprovisionamiento Patiño -, el contingente, formado por 490 infantes de Marina y 76 efectivos del Ejército de Tierra llegará a su destino el próximo jueves.