«Señora ministra, ¿qué inaugura un mazacote de hormigón?»

Un grupo de vecinos de la localidad de Casares esperaba a la comitiva encabezada por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, para recordarle que «solamente han existido palabras y no hechos reales a la hora de compensar a los vecinos con la nueva presa de Casares». Las pancartas hacían alusión al alcalde de Villamanín y al pedáneo de Casares, acusándoles de no haberse movido para que los vecinos afectados por la expropiación de los terrenos hayan salido beneficiados y para exigir las infraestructuras prometidas que contempla el proyecto, como el carril bici, la reforestación, el embarcadero y un sinfín de obras que aún no se han hecho realidad. La ministra fue recibida con una pancarta, que rezaba: «Señora ministra, ¿qué viene a inaugurar, un mazacote de hormigón? Mire el proyecto». Cristina Narbona, ni corta ni perezosa y saltándose el protocolo, mantuvo una conversación con los vecinos, a quienes prometió que se compensarán los daños y que «entre todos intentaremos dar solución a estos problemas que hoy me contáis y que se delegarán en el subdelegado de León, para que nos transmita in situ estas inquietudes y poder llegar a solventarlas».