La ONU sitúa a España a la cola de las concesiones de asilo en Europa

La ONU sitúa a España a la cola de las concesiones de asilo en la Unión Europea. Los últimos informes internos de Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) revelan que el Ministerio del Interior sólo concedió en el 2005 el estatuto de asilado al 4,5 por ciento de los solicitantes, a pesar de que cada vez hay menos perseguidos políticos que buscan protección en España, habida cuenta de su restrictiva política de asilo. Según los datos de la ONU, el pasado año pidieron refugio en España 5.254 personas, una cifra muy inferior a la de otros países europeos como Alemania (con 42.908 peticiones), Bélgica (22.850), Chipre (10.205), Francia (97.784), Holanda (12.347), Polonia (8.282), Italia (9.346) o Suecia (17.530). De las poco más de 5.000 reclamaciones, Interior sólo concedió 238 estatutos de refugiados. En otros 123 casos dio otro tipo de protección internacional. 1.754 peticiones ni siquiera llegaron a ser estudiadas, 2.845 fueron rechazadas formalmente y el resto quedó pendiente de dictamen. El porcentaje español de concesiones de asilo, un 4,5, es inferior al del resto de países europeos. Bélgica recibió un 400 por ciento más de solicitudes y dio luz verde al 16 por ciento de los expedientes. Alemania, con casi ocho veces más de peticionarios de refugio, acordó el asilo para el 5,7 por ciento de los extranjeros. Francia, con 16 solicitantes por cada peticionario en España, dio el estatuto al 22 por ciento de los aspirantes. En los Países Bajos, con más del doble de expedientes de refugio, el 7,8 por ciento de los perseguidos obtuvo protección internacional. Italia, con casi el doble, concedió asilo a más del 9% de los peticionarios. Caída sin freno Las estadísticas de la ONU subrayan que la restrictiva política española con respecto al asilo se ha mantenido con independencia del 'color' de los gobiernos, ya que en los últimos años los estatutos nunca han superado el 5 por ciento de las solicitudes. Estas escasas cuotas han provocado que cada vez menos los perseguidos políticos del mundo recalen en España. El descenso ha sido particularmente marcado en el último lustro: mientras que en el 2001 fueron 9.219 los huidos que buscaron refugio en España, en el 2005 la cifra se redujo a 5.254, una caída del 44 por ciento en cinco años, mucho más marcada que en el resto de los estados europeos que partían de techos mucho más altos.