Zapatero garantiza que el proceso de paz no avanzará si hay violencia

José Luis Rodríguez Zapatero garantizó que el proceso para lograr el final de la violencia saldrá de su actual parálisis si cesa la violencia, pero si se mantiene, no habrá «nada de nada». Advirtió además ayer por primera vez que el Gobierno que preside no se sentará a dialogar formalmente con ETA hasta que los terroristas ordenen que cese todo tipo de violencia. Preocupado por los últimos casos de kale borroka en el País Vasco y por el robo de armas en Francia, el jefe del Ejecutivo avisó de que estos actos impedirán que el proceso arranque. En Estambul, donde mantuvo un encuentro de trabajo con el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, Zapatero marcó los tiempos y las condiciones que debería cumplir ahora el proceso y garantizó que su Gobierno no dará ningún paso para abrir los contactos con la organización terrorista si ésta incumple un requisito mínimo. La primera de esas condiciones debe ser la ausencia de violencia. El presidente del Gobierno destacó que con terrorismo, kale borroka, rearme, chantaje u otro tipo de extorsión no dará «luz verde» al diálogo ni tampoco promoverá, en alusión a la mesa de partidos vascos, «un acuerdo de convivencia en Euskadi» que, según definió, serán las dos siguientes fases si ETA cumple y hace que el alto el fuego sea real y total. «Estos son los tiempos y esos tiempos tienen necesariamente que arrancar de la ausencia de violencia. Con ausencia de violencia arrancará, pero con violencia nada de nada», avisó. Hoja de ruta clara Ésta es la primera vez que el presidente del Gobierno expone con esta claridad la hoja de ruta que debe seguir el proceso para salir del bache en el que ha entrado con la escalada de violencia. En línea con lo que ya apuntó la vicepresidenta primera el pasado viernes, lanzó asimismo un mensaje nítido a la organización terrorista: no dará ningún paso mientras persista la kale borroka. En su comparecencia, Zapatero se refirió a los actos de violencia callejera de los últimos días -especialmente graves en Bilbao, donde un grupo de radicales intentó prender fuego a un policía municipal el viernes- para advertir a los responsables de la agresión que «responderán por ello». A punto de cumplirse siete meses desde la declaración del alto el fuego, el jefe del Ejecutivo rehusó hacer un diagnóstico del momento que atraviesa el proceso aunque sí aseguró que su Gobierno trabajará con firmeza en sus principios -los mismos que expuso el pasado 29 de junio en el Congreso- y con perspectiva, evitando las prisas y teniendo en cuenta que la organización terrorista lleva tres años sin matar y que ha expresado su voluntad de prolongar esa situación de forma permanente.