Los particulares podrán devolver los viejos electrodomésticos a los comercios sin pagar nada

Un decreto de la Junta fechado el pasado 25 de febrero regula en letra menuda una directiva de la UE del 2002 sobre resíduos de aparatos eléctricos «para reducir su cantidad y la peligrosidad de los componentes, fomentar la reutilización de los aparatos y la valoración de sus restos y determinar una gestión adecuada tratando de mejorar la eficacia de la protección ambiental». Las nuevas normas obligan a las empresas fabricantes y de distribución a hacerse cargo de los viejos electrodomésticos a medida que vendan otros nuevos, cargando en los costes de fábrica o comerciales los de recuperación de materiales de desecho. En aplicación del principio «quien contamina paga» las empresas deben hacerse cargo de los costes de la gestión, incluída la recogida desde las instalaciones de almacenamiento temporal establecidas por los ayuntamientos o los distribuidores, de todo tipo de residuos que se generen tras el uso de aparatos que se pongan en el mercado a partir del 13 de agosto del 2005. Los particulares no tendrán que pagar nada, suponiéndose que, cuando adquieren un electrodoméstico, su propia aportación va ya repercutida en el precio. Según las empresas encargadas de la recogida de residuos urbanos, los comercios e industrias de electrodomésticos tienen ya su propia asociación patronal de reciclaje «que funciona como sistemas integrales de gestión para este tipo de residuos o, si se le quiere llamar así, como puntos limpios industriales». El volumen de desechos que tratan es equiparable en número de toneladas a los de los ayuntamientos, «aunque en el futuro podría ser el doble o más, porque a ellos es a los que más les incumbe incluso por negocio». Del total de toneladas de basura industrial que puedan manejar ahora y su reutilización tampoco nadie tiene estadísticas.