Los años que seremos Marilyn
A los estudiantes de Magisterio de la Universidad les dio por contraprogramar el mitin de Zapatero. Instalaron una carpa a escasos 100 metros del pabellón La Torre, pusieron la música alta, los cachis bajos y se hicieron unas camisetas en las que rezaba: «Manipulamos la mente de tus hijos». Más de 2.000 personas. Empate técnico, registraron las estadísticas. Fue la segunda manifestación con la que se intentó hacer luz de gas a la visita de Zapatero, después de la pitada matinal de Asaja, aunque en la juvenil -la de la tarde- se repartieron menos palmadas en la espalda, bailaron cada uno a su son y no el que les tocan y tragaron sin atragantarse. Ajenos al desbarre etílico de los vecinos, los socialistas sacaron la pana del armario -«aquí en León hace frío», aseveraba un escolta que no se quitó la bufanda en todo el día- y afilaron su mejor sonrisa para la visita del jefe. «Sabéis que me gustaría nombraros a todos. Y podría hacerlo», afinó Zapatero, mientras alguno agachaba la cabeza y los más atrevidos decían que habían visto por allí al alcalde de Villaquilambre. Sí que estuvo el de Palacios del Sil, Orlando López, que fue interpelado por el presidente, al igual que Matías Llorente, primer edil de Cabreros del Río y adalid de «los que tanto están luchando para poder vivir en su pueblo». Deshojó el secretario general socialista pétalos de la rosa y aprovechó para ofrendar a Francisco Fernández, a Miguel Martínez -quien presentó el acto como «la fiesta de la palabra y la ideología»-, a Ángel Villalba -que pidió «un poco del cariño de Paco y Zapatero para ser presidente de la Junta»-, a Amparo Valcarce, a Agustín Turiel y a José Antonio Alonso -«un ministro del barrio del Crucero. «Hay que ver cómo funcionan en el Gobierno los altos cargos que son de León. Por eso estoy decidido a que haya más», elogió Zapatero, quien miró para el auditorio e hizo un guiño: «No sé por qué a Solares le ha entrado la risa». Luego habló de «riqueza y empleo». Un cuadro parecido al que pintó J. J. Armas Marcelo para retratar la España del gobierno socialista en el año 1992. «Era la más bonita del baile y todos quería bailar con ella». Ayer, se anunció que León será Marilyn. Y Zapatero dejó el edificio.