Diario de León

Más de un tercio de los extranjeros atendidos en León siguen llegando, sin embargo, carentes de todo tipo de «papeles»

Las oenegés detectan un parón en la inmigración ilegal desde hace un año

En el 2006 sólo ACCEM dio ayuda a 641 nuevos inmigrantes, el 34% de Marruecos

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Antonio Núñez - león
León

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«El récord de la inmigración de los sin papeles fue en el año 2000, con la primera regularización, no ahora» ENCARNA GARCÍA , delegada de ACCEM en León Las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la provincia de León en la atención a inmigrantes han detectado durante el último año una ralentización en las estadísticas de los que demandan ayuda en contraste con ejercicios anteriores, cuando los incrementos eran espectaculares. Este estancamiento no significa que no dejen de llegar, sino sólo que han dejado de crecer o de tramitar papeles en la misma medida que antes se les negaba. Según ACCEM, la onenegé más veterana en temas de migraciones, tanto que sus origenes se remotan a los años sesenta, cuando eran los propios españoles los que emigraban, en el 2006 se atendió en León a un total de 641 extranjeros, más de un tercio de los cuales, a pesar de todo, llegaron como «sin papeles» en demanda de trabajo y permisos de residencia. El número sobrepasa a los atendidos por organizaciones similares, incluídos los sindicatos, pero sigue siendo muy elevado. Según la delegada de ACCEM en León, Encarna García, lo peor de las migraciones ilegales ya ha pasado en León, al menos en lo que se refiere a regularizaciones administrativas, que antaño llegaron a batir records. «El año más problemático fue el 2000, cuando las primeras regularizaciones, y hace dos, cuando la del ministro Caldera, pero no llegó a tanto como la otra». 7.000 en diez años Las mismas cuentes calculan que que no bajan de 7.000 los atendidos durante la última década. La sede de ACCEM, situada, a su vez, en la frontera municipal que divide León capital y San Andrés del Rabanedo en el barrio de Pinilla es, proporcionalmente y con diferencia, la zona con mayor población inmigrante de la provincia, algo que se comprueba fácilmente al transitar por sus calles. En cuanto a nacionalidades de origen se cuentan hasta setenta diferentes, aunque las más numerosas son las de Marruecos y Argelia (37%), seguidas de Colombia y Ecuador (12,5 y 8%, respectivamente), Brasil, Rumanía y Bulgaria. Los originarios de estos dos últimos países, sin embargo, lo tienen ahora más fácil desde su integración en la Unión Europea, aunque los permisos de trabajo tengan todavía moratoria negativa por algunos años. Por documentaciones administrativas una tercera parte de los que acuden a las oficinas de las oenegés carecen de todo tipo de permisos, ni de trabajo ni de residencia, han entrado en España en cayucos o como «turistas» piratas, lo que les da derecho a una estancia de tres meses. Hay casi un 13% que solicita asilo por razones de persecución política, algo con lo que las autoridades españolas eran hasta ahora muy benevolentes, pero no tanto en estos momentos. La edad media de los inmigrantes ilegales, según las mismas fuentes, es de 24 a 34 años, que representan aproximadamente la mitad de los atendidos y, paradójicamente, una sangría en mano de obra para su país de origen. Tal es así que la mitad de los recien llegados, a pesar de la pobreza de la que huyen, tienen estudios secundarios (46%) y otro 13,5% titulaciones universitarias». Según Encarna García, la situación de estos últimos y su futuro es especialmente inclasificable. «Vienen de cualquier país de Sudamérica, Africa o, sobretodo, de Europa del Este y tienen que reciclarse a trabajos de menor cualificación mientras encuentran algo acorde con los conocimientos que traen de fuera: al principio tienen que aceptar cualquier empleo, pero nosotros siempre les decimos que no dejen de aprender bien el idioma o convalidar títulos de economía, ingenieros, etcétera». Durante el último año se han dado muy poco casos, apenas una decena, de immigrantes a los que hubiera que auxiliar para cubrir necesidades elementales, como alimentos o vivienda, porque ya casi ninguno llega a España sin un «contacto» o un mínimo de medios de supervivencia y, cuando sucede, colaboran otras onenegés: lo más importante para ellos es conseguir un contrato y, luego, la residencia. LA INMIGRACIÓN TIENDE A ESTANCARSE, PERO LAS CIFRAS ABRUMAN TODAVÍA A LAS OENEGÉS Sin papeles Procedencia magrebí Países de cultura árabe o subsahariana , como Marruecos, suman en León tantos inmigrantes como latinoamericanos

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