El 89% de la población considera que la misión del Ejército es peligrosa o muy peligrosa
La mayoría de los españoles apoyaría la retirada de las tropas del Líbano
La ONU calcula que quedan sin explotar en el suelo 30.000 minas del Hizbulá y el ejército israelí La B
Las tropas españolas llegaron a Líbano hace ahora diez meses. Una misión de paz en un territorio devastado por la guerra con Israel y repleta de peligros. «No van a cumplir misiones fáciles», admitió el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el pasado 3 de septiembre, pocos días antes de que el Congreso autorizara el envío de los soldados a la región. Una decisión no exenta tampoco de polémica por las críticas del PP. «Difícil, complicado y con riesgos evidentes», así definió el trabajo el ministro de Defensa, José Antonio Alonso. Hasta ahora, sin embargo, los soldados allí destacados no habían sufrido problemas serios, fuera de la alta tensión inherente a una región en la que la que el conflicto entre Israel y las milicias chiiítas de Hezbolá se mantiene vivo. Guerrillas, ataques terroristas con armamento pesado como cohetes o proyectiles de mortero y campos minados, la ONU calcula que quedan sin explotar en suelo libanés casi 30.000 bombas israelíes y minas de Hezbollá. Desde su llegada a las playas de Tiro, retransmitida por todas las televisiones, sólo había trascendido un incidente aislado. Fue el 6 de noviembre, cuando un disparo, que no causó heridos, impactó contra una garita de un puesto de observación, situado en la localidad de Hula, junto a la frontera israelí. Nunca se aclaró el asunto. A lo largo de sus muchas misiones, los soldados españoles han tomado medidas para soslayar cualquier conflicto. «Debemos evitar esgrimir de forma ostensible nuestras armas, nuestra misión es ayudar; no hay que bajar nunca la guardia, ya que siempre hay elementos radicales, pero la situación está en calma», confesaba a finales del pasado año un subteniente destacado en Blat, al sureste del país. En estos meses, las fuerzas españolas han descubierto dos depósitos de armas. El primero fue localizado el 19 de noviembre. El arsenal tenía más de 300 granadas de mortero y 27 bombas-trampa, entre otras armas. La unidad de Ingenieros halló el segundo el pasado 7 de abril. Esta ocasión, el material estaba dentro de bidones ocultos en la ribera de un río. Todo el material, como es preceptivo, fue entregado al Ejército libanés. A pesar de la tensa calma, rota este domingo, el peligro que corre el Ejército desplazado en Líbano es evidente. Así lo entienden los ciudadanos españoles, según un reciente estudio realizado por el Real Instituto Elcano. La institución hizo público el viernes un informe en el que revelaba que el 89% de la población considera la misión como peligrosa o muy peligrosa. El 49% es partidario de que el Gobierno retire a los 1.070 soldados frente a un 33% que, antes de conocer la muerte de los seis militares.