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Los indicios fueron hallados casualmente durante el desarrollo de la investigación

Suspenden al juez Urquía, por cohecho y prevaricación en el caso Malaya

La suspensión del magistrado llegó tras un informe del letrado Miguel Ángel Torres

La suspensión del magistrado Francisco Javier de Urquía Peña tiene carácter indefinido

Publicado por
Alfonso Torices - madrid
León

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El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) suspendió ayer al juez de Marbella Francisco Javier de Urquía Peña, al conocer que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía había abierto el martes una investigación contra él por los supuestos delitos de prevaricación y cohecho. Los indicios contra el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Marbella han surgido dentro de la operación Malaya, la investigación que desde el 2006 desmonta la gran trama de corrupción política construida durante años en torno al ayuntamiento más elitista de la Costa del Sol y a su ex gerente de Urbanismo, Juan Antonio Roca. La Comisión Permanente del Poder Judicial se reunió ayer de forma extraordinaria tras conocer la investigación abierta por un auto del Tribunal Superior andaluz y acordó por unanimidad la suspensión cautelar del juez con el informe favorable de la Fiscalía General del Estado. El portavoz del CGPJ, Enrique López, explicó que la suspensión era obligada y urgente, al actuar contra Urquía un tribunal por la presunta comisión de delitos en el ejercicio de sus funciones, y que la decisión se ha tomado «con la celeridad que estos casos aconsejan». La exclusión profesional del juez no tiene plazo límite, y quedará apartado de su juzgado tanto tiempo como dure el proceso penal en su contra. El Tribunal Superior andaluz, que es el que ejecutará la suspensión, abrió las diligencias contra Urquía después de estudiar el informe remitido por el juez Miguel Ángel Torres, el instructor del caso Malaya, en el que explica los indicios delictivos hallados de forma casual contra su colega marbellí en el transcurso de esta investigación. Torres se declara incompetente para completar las indagaciones, por la condición de aforado del juez bajo sospecha, por lo que se las ha remitido al tribunal habilitado por ley para estas pesquisas. Los hechos concretos que se le imputan a Urquía se encuentran bajo secreto de sumario, pero las fuentes consultadas indicaron que puede tratarse de la presunta toma de decisiones ilegales y el cobro de los sobornos correspondientes en beneficio de personas del entorno de Roca o de los demás imputados del caso Malaya. «No he hecho nada malo» La suspensión cautelar del juez Francisco de Urquía fue una auténtica sorpresa para los funcionarios del Juzgado de Instrucción número 2 de Marbella, donde desarrollaba su labor profesional. Cuando saltó la noticia de su suspensión, Urquía estaba en su despacho, pero en pocos minutos abandonó las dependencias judiciales en su vehículo particular. No obstante, le dio tiempo a despedirse de algunos compañeros, a quienes les aseguró: «No he hecho nada malo». La noticia corrió como la pólvora entre compañeros de juzgado del magistrado, sorprendidos por las acusaciones. Todos coinciden en calificarlo como una persona «buena, agradable y correcta». Francisco de Urquía, de 38 años, llegó a Marbella tras su paso por los juzgados de Vélez-Málaga y Talavera de la Reina (Toledo).