Diario de León

El Gobierno dice que los roces entre la Oficina Económica del presidente y el ministro están superados

Solbes obtiene de Zapatero la garantía de que nadie interferirá en su política

El ministro niega que sea una exigencia, pero reconoce que fue una conversación con el presidente

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Paula de las Heras - madrid
León

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No puso condiciones, pero Pedro Solbes dejó claro a José Luis Rodríguez Zapatero que no quiere más interferencias de la Oficina Económica de Moncloa si ocupa de nuevo la cartera de Economía. El vicepresidente económico admitió ayer que, antes de dar el «sí» al jefe del Ejecutivo para repetir en el cargo y ocupar un puesto preeminente en las listas electorales, planteó la necesidad de «delimitar las actuaciones de cada uno para evitar solapes y posiciones que en algún momento puedan generar puntos de vista distintos». Algo que ha ocurrido con harta frecuencia en esta legislatura, especialmente, en el tiempo en que Miguel Sebastián dirigió el órgano asesor del presidente. Solbes subrayó que en ningún momento dio a esta petición el rango de exigencia, pero concedió que la cuestión formó parte de las conversaciones en las que Zapatero trató de persuadirle para que abandonara la idea de la jubilación. «Hemos intercambiado puntos de vista para aproximarlos e intentar trabajar de la forma más coherente posible», señaló en una conversación con periodistas, tras la inauguración de una jornada institucional en la nueva Comisión Nacional de la Competencia. Ahora bien, advirtió, «no hemos delimitado nada». El tira y afloja entre el presidente y el ministro de Economía no dio, según aseguran fuentes oficiales, para tanto. Aseguran que más allá de hablar sobre las líneas de la futura política económica y acordar, en términos generales, el mantenimiento de las actuales directrices no se llegó a ningún «compromiso». En todo caso, apuntan que la batalla que Solbes por acotar las funciones de la Oficina Económica se puede dar ya por cerrada porque «hace tiempo que no hay problema» entre el vicepresidente y el director de éste organismo. Batalla terminada Sí lo hubo, y así lo reconocen en Moncloa, hasta que hace apenas un año Miguel Sebastián abandonó el cargo para encabezar la candidatura socialista a la alcaldía de Madrid; una apuesta fallida del propio Zapatero. Después, su puesto fue cubierto con David Taguas que, pese a haber ejercido como subdirector del Servicio de Estudios del BBVA y mano derecha del propio Sebastián en este departamento, ha desempeñado un papel más discreto y se ha mantenido al margen de cuestiones relevantes. Su llegada supuso un respiro para el ministro de Economía. Al menos, en ese flanco. A lo largo de esta legislatura, Solbes ha visto limitada su capacidad de decisión no sólo por la influencia de Sebastián en Zapatero, sino también por el peso político de ministros con mucho peso político como Jesús Caldera, a la sazón autor del programa electoral con el que el PSOE se presentó a las elecciones del 2004 y activo combatiente para su cumplimiento riguroso con o sin el beneplácito del «hombre de las cuentas». Frente a ellos, ha perdido algún combate, aunque en el cómputo global, dicen en Moncloa, ha salido fortalecido.

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