Diario de León

La bola de nieve de los impagos empezó a engordar en las estadísticas de octubre

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A. Núñez - león
León

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Según fuentes del Fogasa, la actual avalancha de expedientes para pago de salarios e indemnizaciones viene de casi un año atrás y se inició en septiembre del 2007, justo pasado el último verano, cuando las pymes de subcontratas empezaron a tener problemas en la construcción a remolque de las grandes empresas y promotoras. La tramitación de este tipo de expedientes, en los casos más sencillos, no debería complicarse más allá de un mes o cuarenta días, pero en la práctica se prolonga durante meses y, a menudo, más allá de un año. Cuando se pregunta en el Fogasa la respuesta es que, a la hora de interpretar las estadísticas oficiales que el propio Fondo tiene colgadas en internet, la mayoría de los experientes corresponden a pequeñas empresas y casi todas de construcción. «El 2007 arrancó mal, lo mismo que el 2008, y se han ido acumulando casos, pero se espera una baja notable en verano y que se pare esa tendencia al alza; eso sí, puede que vuelva a subir otro poco a final de año, pero de momento tenemos un cierto margen». Trámites largos Menos optimistas son el secretario provincial de UGT, Arturo Fernández y los servicios jurídicos de su sindicato, donde durante los últimos años venía tramitándose una media de cinco a seis expedientes semanales. «Pero de golpe en marzo subieron haste sesenta y seis», se añade. En cuanto a la cuantía de las indemnizaciones por despidos, desde el sindicato socialista se señala que la media suele ser de veinte días por año trabajado «aunque varía mucho en función de la mayor o menor solvencia de las empresas». Respecto a la fecha de los expedientes, trámites burocráticos al margen, se señala también que la mayoría empezó a dispararse, o por lo menos se inició, a partir del pasado mes de septiembre. «Es ahora cuando empieza a notarse seguramente en los pagos, porque la burocracia tarda en reaccionar, aflora el atasco gordo de expedientes acumulados y no van a hacer más que aumentar». Según Férnández, las empresas medianas han acumulado cartera propia para hacer frente a problemas de insolvencia, pero no así los pequeños constructores, muchos de los cuales tienen otras a medio edificar y no cuentan con recursos ni crédito para acabarlas, además de no tener clientes. «Algunos se conformarían con recuperar lo invertido y vender, si pudieran, por lo que les ha costado el proyecto, pero el problema es que ni siquiera hay ya clientela en esas condiciones, así que puede iniciarse una cadena de impagos que va a afectar a todos, incluidos bancos, y no sólo a los salarios». Eso, según Fernández, da la medida de lo que está pasando. «Hay que remontarse a la crisis minera de los ochenta y noventa para recordar algo parecido» JOSÉ MENCÍA , representante de CC.OO. en el Fogasa

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