El ejemplo de Gerona como acicate

La provincia de Gerona tiene 437.400 habitantes, unos 60.000 menos que León. En septiembre arrancará la primera promoción de Medicina con 80 plazas para el primer curso. «Han sido cinco largos años haciendo cosas», explica el director general del Colegio Oficial de Médicos de esta provincia catalana, Lluis Barnés. La organización colegial gerundense ha liderado el movimiento social y cívico que ha logrado transformar en realidad una facultad que era negada desde la Generalitat y a la cual la propia Universidad de Gerona «era reticente», admite. El componente político y el peso de las grandes universidades barcelonesas fueron dos de los obstáculos con los que la plataforma ciudadana tuvo que lidiar. «La clave de nuestro éxito creo que fue la planificación y que nos lo planteamos como una operación a medio y largo plazo, no como algo inmediato», indica el médico, uno de los fundadores de la comisión pro facultad. «En solitario, como colegio, sabíamos que teníamos pocas posibilidades», agrega. Así que empezaron a movilizar a la sociedad de una forma escalonada: primero se dirigieron al colectivo de médicos mediante encuestas y foros y comprobaron que la propuesta despertó «entusiasmo» entre los profesionales porque «se abrían posibilidades para acceder a un grupo laboral docente y a grupos de investigación universitaria». Después del primer año de trabajo y con un informe sobre las ventajas de contar con una facultad de medicina en la provincia se pasó a la fase de búsqueda de apoyos en la sociedad civil. La Cámara de Comercio, las asociaciones empresariales y colectivos vecinales, entre otros se fueron sumando a la reivindicación del Colegio de Médicos. «Con el resumen de lo que pensaban los médicos, también pusimos sobre la mesa los beneficios que traería para la sociedad no médica y se vio claro que una facultad de medicina era una fuente brutal de movimiento económico», agrega Barnés. Después de sensibilizar a la población y conseguir que se pusiera de su parte, se dirigieron a la universidad: «Tuvimos que convencer a la universidad para que pidiera la Facultad de Medicina. En principio era reticente porque es una facultad atípica y difícil de gestionar porque requiere muchas prácticas y disponer de un hospital universitario», recuerda. El Colegio de Médicos participó en la creación del proyecto final y definitivo con la universidad. La fase siguiente, cuenta el director general del colegio, no fue precisamente fácil: «Cuando llegamos con el proyecto a la Generalitat ya tenía la decisión tomada: no nos la daban, pero al final con todos los apoyos que llevábamos, con los criterios de población, prestigio y, sobre todo, que era la única provincia que no tenía facultad de medicina no tuvieron más remedio que dárnosla». Lluis Barnés asegura que la titulación arranca con recursos suficientes y además «está adaptada al plan de Bolonia», por lo que tendrá un enfoque más práctico que teórico e incorpora novedades muy importantes en la formación médica del futuro como son «actitud de comunicación entre médico y paciente», subrayó. Que en León haya empezado como un movimiento que impulsan el Colegio de Médicos y el Ayuntamiento de León «no es impedimento para que se pueda reunir la presión social necesaria», opina Barnés, para quien la vía política y social son imprescindibles para sacar adelante el proyecto. «No sabemos si la estrategia que hemos utilizado aquí tendría el mismo resultado en otras provincias». La otra cara de la moneda es que la Facultad de Medicina de Gerona aún carece de edificio propio y las primeras clases se impartirán en barracones prefabricados en el campus de Montilivi. La nueva facultad se construirá en el límite de los municipios de Gerona y Sarrià de Ter, muy cerca del hospital universitario Josep Trueta a cuya clínica está asociada la formación práctica del alumnado de medicina de Gerona. El hospital, con más de medio siglo de antigüedad, va a ser derribado por completo y se construirá uno nuevo que mejorará los equipamientos actuales.