El presidente del PP entiende que el Ejecutivo se ha dedicado a maquillar la realidad de la crisis
Rajoy afirma que el Gobierno está «agotado» y pide que dimita Solbes
«Las afirmaciones del ministro de Economía son tanto como decir que sólo nos queda rezar»
bilbao
El PP ha encontrado en el ministro de Economía, Pedro Solbes, el mejor «pimpampum» para afianzar su política de oposición y más después de que el viernes se viera obligado a presentar una desalentadora revisión a la baja de las previsiones macroeconómicas para los próximos años. Mariano Rajoy interpretó ayer el reconocimiento de que la recesión será larga y el paro rozará el 16% como la constatación de que, en los últimos meses, el Ejecutivo se ha dedicado más a maquillar la realidad mediante la «propaganda» y el «engaño» que a dar con recetas válidas contra la crisis. «Lo más patriótico que podría hacer -dijo durante un mitin preelectoral en el País Vasco- es quitarse de en medio».
El presidente «popular» afirmó que la crisis no es algo que haya que temer. El problema, según su discurso, es que el Gobierno está «agotado, superado por la realidad e instalado en otro país» y la prueba de ello, dijo, es que se ha equivocado «en un 70% de sus previsiones». «Así es imposible abordar una crisis económica y generar un mínimo de confianza en la economía española», sostuvo.
Contradicciones internas
Los dirigentes del primer partido de la oposición pretenden sacar partido de las contradicciones internas del Gobierno y del continuo tira y afloja entre el ala económica del Consejo de Ministros, encarnada por Solbes, y la política, con el propio Zapatero a la cabeza. El vicepresidente económico y su entorno llevan meses diciendo que su margen de maniobra está agotado y que no se puede incurrir en más gasto público. A sus afirmaciones han seguido nuevas iniciativas costosas para incentivar el empleo y la liquidez.
El último aviso del ministro no fue recibido por Rajoy como un ejercicio de prudencia. Más bien al contrario. A pesar de que hace tan sólo dos días alabó su realismo frente a la «incompetencia» de otros miembros del gabinete Zapatero, en el fragor preelectoral de la campaña vasca dibujó a un Solbes totalmente acabado. Aseguró así que decir que el Ejecutivo ha agotado los recursos que tenía para luchar contra la crisis es tanto como afirmar que «sólo nos queda rezar». Esas manifestaciones, prosiguió, transmiten «que arroja la toalla, que se rinde, que no tiene ni una idea y que no sabe qué va hacer», por lo que le animó a abandonar su puesto.
Además, instó a los miembros del Gobierno a «ser sinceros» y contar «la verdad» a los ciudadanos; «ser austeros»; fomentar el crédito; bajar los impuestos para generar «confianza» y dejar los recursos «en manos de quien crea riqueza y empleo»; y hacer reformas en política energética, el Pacto de Toledo, defender la unidad del mercado, tomar medidas judiciales o educativas.