Diario de León

Un familiar revela las trabas que les puso el equipo de Federico Trillo para conocer la verdad

Los forenses hallaron en un féretro restos de tres militares del Yak-42

Los abogados de las familias concluyen que queda en duda la labor del general Navarro

Publicado por
Mateo Balín
León

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madrid

El testimonio de los forenses que confirmaron que treinta de los cadáveres de los militares muertos en el accidente del Yak-42 fueron mal identificados dejó mal parados a los tres acusados.

Médicos de la Audiencia Nacional y del Instituto Nacional de Toxicología que casi dos años después del siniestro analizaron el ADN de las víctimas revelaron al tribunal que en un féretro llegaron a encontrar restos de tres cuerpos distintos. Para los abogados de los familiares, el desarrollo de la sesión de ayer del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional «no deja dudas» de la mala praxis en la que incurrió el equipo del general médico Vicente Navarro.

Ante la atónita mirada de los asistentes a la vista, el forense de la Audiencia Nacional Juan Miguel Monje, encargado de coordinar las exhumaciones e identificaciones de las víctimas en febrero del 2005, veintiún meses después del accidente aéreo, detalló al tribunal el procedimiento que llevaron a cabo en 21 de los 30 cuerpos sobre cuya filiación existían dudas, ya que los otros nueve fueron incinerados después del funeral de Estado.

El médico relató el periplo por diversos puntos de la geografía española para desenterrar los féretros y trasladarlos al Instituto Anatómico Forense de Madrid. Contó que allí procedieron a abrirlos con cierta dificultad, ya que estaban sellados con precinto de cinc, lo que les obligó «a serrarlos». Y narró que después tomaron muestras de los restos, contenidos en bolsas que llevaban un número o nombre y número, según el caso, para cotejarlas con las de sus familiares. Una labor que resultó más ardua de lo previsto.

«En un caso, la bolsa número siete, nos encontramos con tres perfiles genéticos. En concreto, se trataba de una bolsa en la que se guardaron restos de una mano que se correspondía con el cuerpo principal y de dos piernas de otros dos cadáveres que, además, calzaban botas de distintos números: un 43 y un 45», narró Monje.

Comparación de los restos

El análisis fue llevado a cabo por un equipo de forenses, que declararon en calidad de peritos a petición de las defensas este lunes. Lo hicieron por videoconferencia y confirmaron todo lo narrado por Juan Miguel Monje. Su portavoz, Antonio Alonso, añadió que los restos exhumados fueron comparados con los perfiles genéticos de los cuerpos que el Instituto Forense de Estambul obtuvo post-mortem y que confirmaron que eran «exactamente iguales y coincidentes». Una comprobación que, según los letrados de las familias, dejó claro el buen hacer de los patólogos turcos y desarmó la defensa del general Navarro, que les había culpado de cambiar las bolsas.

Antes que los forenses, compareció como testigo Francisco Javier González Castilla, hermano de un capitán que falleció en el accidente. Aseguró que el ex ministro de Defensa Federico Trillo se reunió dos meses después de la tragedia con su padre para pedirle que suspendiera la labor que estaba desarrollando la asociación de familiares y que durante ese encuentro ni siquiera le dio el pésame.

Declaró que el ministerio les dio la fecha del funeral de Estado el día después del accidente y puso de relieve el mal trato recibido por el que fuera «número tres» de Trillo, Javier Jiménez-Ugarte, cuyo testimonio ha sido solicitado por la Fiscalía.

También dijo que el psicólogo que les envió el ministerio para asistir a las familias «les intranquilizó mucho más» cuando les comentó el mismo día del siniestro que «algo olía mal en todo esto».

Al término de la sesión, el tribunal informó a las partes de que la Embajada de Turquía había comunicado la imposibilidad de llevar a cabo los interrogatorios de tres médicos forenses de aquel país por «falta de condiciones técnicas».

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