«La Diputación sería el colaborador idóneo»

Son muchos los municipios, instituciones y, sobre todo, fundaciones de carácter social que están aportando recursos para poner en marcha bancos del tiempo en sus territorios como alternativa o complemento, incluso, de servicios de búsqueda de empleo. Además de facilitar la integración de sectores de la sociedad que de un modo u otro están relegados a un segundo plano, caso de los inmigrantes, estos bancos han demostrado su efectividad para permitir el acceso al mercado «laboral» a personas excluidas como mayores, jóvenes o discapacitados, puesto que facilitan que las comunidades, las empresas y las personas compartan de una forma creativa valiosos recursos que en ocasiones quedan fuera de la economía formal del mercado. «Determinada gente puede tener mucha experiencia sobre un tema concreto y lo que hace con el banco del tiempo es poner en el mercado esos conocimientos», explica Álvaro Solache. En este sentido, asegura que, por la experiencia de Cataluña, la Diputación Provincial sería el colaborador idóneo en León para estimular el funcionamiento del banco en el medio rural, donde se podrían beneficiar muchos ciudadanos. Para ello, como ocurre en otros territorios, es necesario que exista la figura de un banquero que gestione el intercambio de servicios y productos. Este agente del tiempo controlaría los movimientos del banco y cotejaría diariamente las necesidades de los usuarios, a los que pondría en contacto en función de sus necesidades y su disponibilidad.