El recuerdo de los vecinos se traslada ahora a las viejas aulas
En el pueblo de Burón donde María de los Desamparados Blanco ejercía como maestra se la recuerda como una buena persona pero especialmente el recuerdo es de haber sido una excelente maestra. «Tenía unas cualidades innatas para la enseñanza y todos aprendimos mucho con ella. Era muy especial a la hora de enseñarnos las cosas», recuerda una de sus alumnas. Su hijo Laurentino Fernández dice que sus años en Burón fueron magníficos y que tuvo la oportunidad de conocer muy buena gente.
El mismo sentimiento se manifiesta con Eusebio González que era uno más de su pueblo donde vivía con su familia y además de dar clases en la escuela llevaba a cabo el trabajo en el campo con sus reses o vacas y con las tierras. Compaginaba el trabajo escolar con las labores del campo.