Diario de León

Toda la oposición critica la gestión del «Alakrana», pero sólo el PP pide ceses

El Gobierno está «satisfecho» con el desenlace del secuestro y rechaza que se produjeran fallos, descoordinación, improvisación o fisuras internas en el Ejecutivo

De la Vega y Chacón posaron juntas en el Congreso tras las noticias de sus desavenencias.

De la Vega y Chacón posaron juntas en el Congreso tras las noticias de sus desavenencias.

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ALFONSO TORICES | madrid
León

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La vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, no logró ayer convencer de sus argumentos a los grupos parlamentarios durante su comparecencia en el Congreso donde defendió la gestión gubernamental del secuestro del Alakrana por los piratas somalíes. El Gobierno recibió, durante las cuatro horas que duró el pleno monográfico, críticas de mayor o menor calibre por parte de todos los partidos políticos, pero sólo el PP dio el paso de exigir dimisiones de ministros por su «incompetencia» en el manejo de la crisis.

Las acusaciones más repetidas por los portavoces fueron las de descoordinación, entre ministerios, y error, al detener y traer a España a dos piratas. También hubo coincidencias en acusar a los ministros de no haber dicho la verdad cuando afirmaron que supieron siempre dónde estaban los marineros cuando los piratas simularon que habían trasladado a tres de ellos a tierra. Además, los partidos abundaron en los reproches por no haberse ordenado la captura final de los piratas, tras la liberación del atunero.

De la Vega, que ya adelantó que no habrá ceses por este asunto, explicó que el Gobierno «ha hecho todo lo que tenía que hacer» para lograr su objetivo -“salvar a los marineros y cumplir la ley- y que, por lo tanto, está «satisfecho» de la forma en la que ha gestionado la crisis. «Misión cumplida», concluyó.

La vicepresidenta no hizo autocrítica alguna, ni en su intervención inicial ni en las réplicas, y rechazó que el Ejecutivo haya cometido errores o incurrido en descoordinación, improvisaciones o engaños. También negó cualquier «fisura» o enfrentamiento dentro del gabinete o que «alguien haya escurrido el bulto». Donde otros detectaron fallos ella apreció «valentía, entereza y responsabilidad».

1397124194 No hubo engaños. La número dos del Ejecutivo dijo que detener a dos de los secuestradores «no fue una opción del Ejecutivo sino una obligación legal», pero aseguró que este hecho y su traslado a España «no retrasó en nada la liberación» de los 36 pescadores. Reconoció que le hubiese gustado que alguno de los piratas fuese capturado tras haber abandonado el barco con el botín, pero indicó que no pudo ser por evitar un nuevo secuestro y por no herir a inocentes en la playa. Negó que los corsarios engañasen al Gobierno con la falsa amenaza de bajar a tierra a tres marineros. Afirmó que el 5 de noviembre, y en días posteriores, no lo pudieron aclarar por razones de seguridad, pero que «en todo momento, supimos dónde estaban todos los tripulantes». Del pago del rescate fue de lo único que no dijo ni una palabra, «por prudencia», y se remitió a la futura comparecencia secreta prevista en el Congreso por el director del Centro Nacional de Inteligencia, Félix Sanz.

A lo más que llegó fue a reconocer que este secuestro, como ocurrió con el anterior del Playa de Bakio, les ha enseñado que «podemos mejorar y estamos dispuestos a hacerlo», por lo que propuso una batería de medidas para aumentar la seguridad de los atuneros. De la Vega, pese a no estar de acuerdo, aceptó las «críticas constructivas de todos los grupos», excepto las del PP, y les tendió la mano para hablar de mejoras en la lucha contra la piratería.

Al principal partido de la oposición le atribuyó «deslealtad, voracidad electoral e irresponsabilidad» y dijo que sus dirigentes van «de cazavotos». Según De la Vega, a los populares no les importó perjudicar las negociaciones sólo «por dañar al Gobierno y rascar unos votos».

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