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Lo único frente a lo diverso
La editorial Losada persiste en su idea de resucitar obras clásicas de nuestro tiempo, inasequibles en las librerías o incluso semiolvidadas en los anaqueles de las bibliotecas públicas o universitarias. La que ahora nos ocupa es la titulada La Paradoja del Monoteísmo , del gran islamista francés Henry Corbin, muerto a los setenta y cinco años en 1978. Corbin, filósofo, orientalista especializado en islamismo e historiador de las religiones, juntó en este libro tres ensayos, importantes todos ellos, y a cual más luminoso, en los que estudia las similitudes y lo que emparenta al mundo espiritual de tres religiones reveladas: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo, que son como tres ramas de lo que se ha dado en llamar el monoteísmo, la fe surgida de la revelación de Dios a Abraham. Corbin equipara a estas tres religiones, que surgen como reacción al politeísmo greco-latino, examinando algunos de sus dogmas principales y encontrándolos extrañamente afines a la idolatría misma que combatían. Esta es la paradoja que se insinúa en el título de este libro, que despertó insólito interés cuando fue publicado, después de la muerte de su autor. He aquí la principal paradoja: tres religiones combatidoras del paganismo caen en los mismos defectos de éste. CCorbin estudia específicamente la paradoja, como él la llama, de que las tres religiones, creyentes en un Dios absoluto, único y autoritario, acaben propiciando políticas totalitarias; y frente a ella sitúa la lección de los gnósticos islámicos, judíos y cristianos, que profesan una religión de la belleza en la que Dios hace única a cada criatura, dándole además una individualidad que está por encima de la ley de las Iglesias.