Cerrar

Ésta es, sobre todo, una película de puñetazos

Publicado por
Miguel Ángel Fernández
León

Creado:

Actualizado:

El tiempo se detiene ante Ong-Bak, el guerrero may thai . Treinta años atrás, en plena crisis de producción, las pantallas españolas se atiborraban de subproductos de artes marciales cortados por idéntico patrón. Hasta su textura fotográfica y su tosquedad narrativa remontaban a tiempos ya muy remotos. Claro que proceder de Tailandia, asomar con la vitola de éxito en su país y acompañado del deseo confeso de su realizador, Prachya Pinkaev, de homenajear a Bruce Lee e imitadores a través de la estrella del cine de acción Pana Rithikrai, algo así como el Lee tailandés. Llega a Occidente gracias a la distribuidora francesa EuropaCorp, propiedad del cineasta y productor Luc Besson, admirador del género oriental de acción, y a quien Pinkaev brinda un guiño en la propia película al pintar sobre un muro un texto que dice: «Hola, Luc Besson. Te estamos esperando». La simpleza de la trama es la coartada para promocionar al actor protagonista, un experto en boxeo tailandés, de manera que coreografiaron al detalle las escenas con especial realismo y a costa de la integridad de los especialistas al obligarles a rodar en lugares complicados, ya que había que mostrar los diferentes estilos del muay thai clásico. Su presupuesto fue muy elevado para la media de la industria local, con el fin de que aparentase superproducción al estilo Hollywood. De Ong-Bak, el guerrero muay thai se salvan sus porrazos a pelo. El resto, incluida su arcaica planificación, que ni adrede la harían mejor, es alimento para fans del subgénero, si quedan. Es tal la cantidad de patadas y manotazos en casi dos horas, que abandonas el cine con riesgo de emprenderla con el primero que se ponga a tiro. ONG-BAK, EL GUERRERO MAY THAI. Director: Prachya Pinkaev. Intérpretes: Tony Jaa, Perttary Wongkamlaol. Acción. 108 minutos.