Babia, Luna, ¿castellanas?

El hecho de que aparezcan comarcas y rutas leonesas en una publicación de las características de la prestigiosa Viajes, editada para España por National Geographic, siempre es motivo de orgullo y satisfacción. En el caso de su último número (el 68), tal satisfacción desaparece nada más leer el primer párrafo del reportaje. Y el gesto de curiosidad del lector se trasforma en una mueca de disgusto. Dice así: «¿Quien no ha oído alguna vez las expresiones 'estar en Babia' o 'en la Luna'? Pues bien, esos dos lugares existen y se hallan en tierras castellanas, en el norte de la provincia de León y al pie de la sierra de la Filera». Disgusto, pero también indignación e incredulidad. ¿Cómo es posible que una publicación de tal calibre y rigor incurra en semejante error geográfico e histórico? ¿Cómo es posible que un autor, español y supuestamente conocedor de estas dos zonas, afirme que las comarcas leonesas de Babia y Luna son castellanas? Sólo el hecho de haberse acordarse del nombre de la autonomía quizá podría haberle dado una pista: Castilla Y León, dos palabras, dos regiones unidas por una conjunción que ya va siendo hora de poner en mayúscula. Aunque claro. Son preguntas que nos hacemos de manera casi retórica, porque ya sabemos que, en lo que a nuestro caso respecta, es la configuración autonómica actual la que no hecho sino crear confusión y ambigüedad en lo que antes estaba bien claro. Sólo así se comprende que en comunicaciones oficiales, en informativos de radio y televisión y hasta a nivel popular en otras latitudes de España se hable de CastillaLeón , ya sin la «y» y apenas sin guión entre ellas, especie de neologismo nefasto; del extraño y nunca aceptado castellanoleonés o de errores gramaticales, realidades imposibles como decir de una persona o de una ciudad que es, a la vez, «castellana y leonesa». En León somos bercianos, cepedanos, maragatos, lacianiegos, riberanos, montañeses... leoneses, vaya, y ése es nuestro gentilicio, no el de castellanos, groenlandeses o guatemaltecos. Hijos, herederos, de una entidad territorial, regional; Reino de León, región leonesa... que puede rastrearse a la perfección a lo largo de los siglos hasta que, a finales del XX, interesadas componendas políticas la diluyeron para lo oficial y administrativo; pero no para lo popular, lo sentido. Por eso agradecemos al lector que nos ha avisado del caso de esta revista. No cejaremos nunca en la denuncia de incorrecciones como ésta.