El hombre tras el disfraz

Después de 20 años, Superman ha vuelto dispuesto a salvar al mundo de los graves peligros que lo acechan. Su antiguo rival, Lex Luthor, ha salido de la cárcel antes de tiempo mediante una argucia legal y pretende realizar otro de sus estrambóticos planes (resulta difícil entender qué es lo que se propone) para hacerse aún más rico, a costa del sufrimiento ajeno. Pero, al superhéroe, que ha estado un tiempo lejos de este planeta de locos, lo que parece preocuparle no es tanto el delirio de su enemigo -¿por qué a todos los sádicos, en las películas, les encanta la música clásica?- como la pérdida de su amor, Lois Lane. Al igual que en otras recreaciones de superhéroes -la última llegó con Batman begins -, el filme presenta a un Superman propenso a la melancolía, más preocupado por encontrar respuestas a sus problemas íntimos que por controlar a paranoicos. Existe un interés evidente por contentar a todos los públicos, lo que no siempre se logra: a los más pequeños mediante el despliegue virtuoso de los efectos especiales en las consabidas secuencias de acción; a los mayores, presentando al hombre detrás del disfraz, con su sufrimiento y cavilaciones, en un retrato que parece una aproximación a Cristo en su calvario. Superman se ofrece aquí no sólo como el defensor de los débiles, sino como una reedición del mesías, con capa y esos leotardos que son una de las prendas más preciadas de la iconografía gay. Por lo demás, el director de la película, Brian Singer, se esfuerza por mantenerse en los márgenes de la historia, procurando que en esta nueva aventura cinematográfica casi no se noten los veinte años pasados, para mantener una cierta unidad estética con las anteriores y muy recordadas producciones. De ahí que a veces este Superman, y de modo muy particular su protagonista, el desconocido pero acertado Brandon Routh, parezca un calco de los anteriores, o como se dice ahora, un «homenaje»... «SUPERMAN»: EE. UU., 2006. Dirección: Brian Singer. Intérpretes: Brandon Routh, Kate Bosworth, Kevin Spacey. Duración: 154 minutos.