Diario de León

los oteros | Pajares de los Oteros

Cuna de prieto, elogio de clarete

Cuna del prieto picudo, Pajares de los Oteros es heredero de las cepas más viejas de la variedad y de un valioso legado cultural en la elaboración del vino que le llega por la vía de la tradición: el madreo. La vieja cooperativa guarda ese rico patrimonio y algunas nuevas inquietudes.

Panorámica de Pajares desde el acceso al pueblo por Valencia de Don Juan.

Panorámica de Pajares desde el acceso al pueblo por Valencia de Don Juan.

Publicado por
Rafael Blanco
León

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Ya en la Edad Media era una referencia clave en la elaboración de vinos. Lo cuentan los cronistas, que además recogen en sus anotaciones históricas que en el año 1067 existía en el paraje de Pallares un asentamiento que llamaban Auterolo. Pajares de los Oteros tuvo fuero propio, el que le otorgó en el 1103 Alfonso VII el Emperador , rey de León... y de Castilla. Concedía a la villa derechos y exenciones que privilegiaban a sus habitantes y estimulaba la repoblación de esas tierras abrigadas por suaves ondulaciones del terreno. Es posible que ya entonces Alfonso VII conociese las excelencias del vino elaborado con una uva picuda de racimo apretado. Y es posible también que diese buena cuenta, y lo hiciese con conveniente generosidad, de su frescura y del suave cosquilleo que provoca en el paladar.

Herederos de este legado histórico y de las cuevas excavadas sobre esas ondulaciones que en primavera simulan un mar verde de amable oleaje, medio millar de viticultores se sumaron al movimiento asociativo tan de moda en esos años y constituyeron la Bodega Cooperativa Los Oteros, inicialmente con el objetivo de comercializar conjuntamente la uva de sus viejas rastreras. Cuatro años más tarde, en 1968, la sociedad da contenido por fin a la definición expresada en su razón social: bodega. Bajo la presidencia entonces de Félix González Chamorro se impone como primer deber el de preservar la variedad prieto picudo y la peculiaridad del madreo como forma de elaboración tradicional asumida como legado histórico.

La cooperativa llegó a recoger dos millones de kilos de uva y a elaborar más de un millón y medio de litros. Eran otros tiempos, claro. Luego vino el descepe, el cese de la actividad y la falta de relevo generacional. Ahora quedan 88 socios registrados y sólo 55 activos que, condicionados todavía por un proceso de concentración parcelaria que va camino de convertirse en eterno, en la última vendimia echaron a las tolvas de la cooperativa unos 200.000 kilos de uva, bastantes más que en la anterior como consecuencia de una buena vendimia.

Con esa aportación la bodega elabora bajo los criterios de la Denominación de Origen Tierra de León los Auterolo rosado (6.000 botellas; 3,05 euros en bodega) y tinto (3.000 botellas; 3,60), y este año por primera vez en la historia de la cooperativa un blanco que lógicamente es verdejo (3.000 botellas; 3,50). Completa el catálogo un crianza vestido con la etiqueta Augusta Roble (6.000 botellas; 5,10) y un reserva que, elaborado con la vendimia del 2005 y con 29 meses de permanencia en barrica (6.000 botellas; 6,50), llegará a finales de año al mercado con una etiqueta todavía sin definir. Fuera de los criterios de la deó la sociedad comercializa en botella, como vinos de mesa, los Prieto Real rosado y tinto (25.000 y 10.000 botellas; 1,55 en ambos casos) y el excelente y muy característico Viña Bricar , un madreado de la mejor factura que se ha hecho leyenda. Los rosados con y sin madreo y tinto joven que se venden en garrafón o en bag in box mantienen un intenso trajín en la zona comercial de la bodega, que se anima de manera especial los sábados por la mañana. Es un punto de encuentro por el vino, pero también de animada y muy argumentada conversación sobre el vino.

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