El esplendor de la pasta

En plena travesía de la recesión económica, cuando buena parte de los negocios de cualquier signo sufren vivamente la falta de liquidez del país, surge como por milagro un espléndido restaurante en pleno centro de León. Los más viejos del lugar recuerdan, no sin cierta nostalgia, los cientos de bodas que se celebraron en este mismo sitio en los años setenta y ochenta del pasado siglo, entonces estos locales pertenecían al desparecido Novelty.

Los vientos de la moda cambiaron y después este local pasó a llamarse Restaurante Independencia. Allí se ofreció durante una corta temporada alta cocina basada en los modos culinarios franceses. El local siguió su marcha a través del tiempo convirtiéndose en lugar de encuentro de damas y señores de cierta edad que se pasaban las horas muertas ante un café con leche y una mantecada de Astorga. Bueno, pues ahora mismo acaba de cambiar radicalmente la deriva. Ahora, en la avenida de la Independencia, a apenas diez metros de la Plaza de Santo Domingo, acaba de abrir sus puertas un restaurante que asombra por su magnífica decoración y que crea adeptos por su fastuosa cocina italiana. Los dos pisos de los que consta el restaurante acogen medio centenar de mesas que pueden acoger hasta 160 personas. Y aunque pueda parecer mentira, la mayoría de los días llenan, para envidia de otros hosteleros con menos suerte.

Juan Carlos Matilla nos explica que «se trata de un restaurante italiano cuya cocina está ya plenamente consolidada por los restaurantes que la franquicia tiene en diversas ciudades españolas, especialmente en Madrid. Aunque lo más importarte para nosotros es tener una buena cocina, también le hemos dado mucha relevancia a la decoración que se asemeja a la de otros locales de la franquicia, pero que tiene buenas dosis de personalidad propia. Creo que este es un restaurante acogedor, cómodo y luminoso, que está muy cerca de todos los sitios. Pienso que a los leoneses les ha gustado nuestra oferta, pues estamos trabajando a tope».

El lujoso envoltorio tiene, casi por obligación, de disponer de una buena cocina, que en el caso de LaTagliatella está en manos de una joven e inquieta cocinera: Jusenian. A pesar de su nombre es leonesa y ha trabajado en la mayoría de los restaurantes leoneses que de alguna manara se ha han dedicado a la cocina trasalpina. «Sí, he trabajado —nos dice— en el Casablanca, la Casa de Asturias y la Favorita, además de haber estudiado cocina y restauración. He asistido a varios cursos en distintas ciudades españolas y he realizado un largo aprendizaje en Madrid en la casa matriz de la franquicia. La gran cantidad de platos de nuestra carta y los secretos de la cocina italiana requieren un gran esfuerzo de aprendizaje».

Nos gusta hablar en estas reseñas de lo más destacado de la carta de los restaurantes que visitamos, pero en este caso hay que hacer un auténtico master para desglosarla. Baste decir que en ella se encuentran 24 maneras diferentes de cocinar la pasta, aquí trabajan siempre con pasta fresca, y que se complementan con 19 salsas diferentes. También es espectacular su relación de pizzas, con 27 entradas, algunas de ellas muy originales.

Lo más destacado de la oferta de La Tagliatella, además de lo reseñado, son las ensaladas, las brochetas, y los risottos, que son lo que más aceptación ha tenido en el corto espacio de tiempo que ha pasado desde su inauguración.

En este nuevo y sorprendente restaurante no se sirve menú del día. «Nuestra filosofía —nos dicen— es servir raciones muy generosas, que invitan a compartir. Por eso el precio medio por persona está entre los 18 y los 20 euros».

También se debe resaltar su buena carta de vinos, con etiquetas trasalpinas, algunas nacionales y, únicamente en el caso de la franquicia leonesa, con una buen a selección de caldos de la provincia.

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Cocina Muy bien

Servicio Muy bien

Decoración Muy bien

Bodega Bien

Puntuación (de 1 a 10) 9.5