Fusión en la terraza mágica

Sabina y Toni llevan veinticinco años ofreciendo a leoneses y visitantes buena cocina. Durante este tiempo han tenido cinco hijos y cambiaron su restaurante del barrio de San Claudio al mismo centro de la capital, a un rincón privilegiado frente a la Basílica de San Isidoro.

Toni está enamorado de la ciudad en la que vive y también del trabajo que realiza cada día, domingos y fiestas incluidos. «Soy un apasionado de la restauración, igual que mi mujer, por eso para nosotros estar horas y horas en nuestros negocios no supone un reto demasiado difícil. Poco a poco nos hemos tenido que ir adaptando a las circunstancias que nos rodean. Cuando comenzamos en San Claudio hacíamos solamente cocina italiana, pero al llegar a este sitio, uno de los más visitados por los turistas, nos hemos visto obligados a ofrecer también platos tradicionales de esta tierra. Los que nos visitan quieren comer cosas de aquí y nosotros también se las ofrecemos, aunque lo fuerte de nuestra casa son la pasta, las pizzas y la comida tradicional de mi país de nacimiento».

El Boccalino tiene dos amplios comedores en los que presenta una carta interminable con unas ciento cincuenta entradas. Puede decirse que es imposible no encontrar en tan larga relación algo que nos guste.

En el capítulo de entrantes es quizá donde más se nota la presencia de raciones con acento leonés, como la cazuela de morcilla y piñones, las mollejas de ternera a la leonesa, el pulpo a Feira, los puerros de Fresno gratinados con crema de queso de Valdeón. Pero también aparece la tradición de Italia con su vitelo tonato, unas deliciosas lonchas de redondo de ternera con salsa fría de atún, que es uno de sus platos estrella para el verano. Unos sensacionales carpaccios de ternera o bacalao. O la espléndida ensalada Caprese, de tomate, mozzarella fresca, alcaparras y anchoas.

Entre las especialidades de la casa en pasta, destaquemos sus espaguetti con bogavante o con almejas, que son unas auténticas delicias. La lasaña tradicional y los canelones Rossini, homenaje al genial músico, a base de pasta, atún y marisco.

También un rápido paso por sus platos de arroz, rissoto de setas, rissoto a la marinera, de gambas, mejillones, calamares y almejas, o sus paellas de marisco, mixta, de verduras y la ya famosa paella del señorito en la que, como saben, no hace falta mancharse los dedos porque todo viene pelado y bien pelado.

Hay secciones de pasta fresca rellena y pasta al huevo, con quince entradas diferentes, y que se pueden acompañar con veinte salsas diferentes.

De sus pescados elegimos dos, el filete de San Pedro a la plancha y el lenguado relleno de gambas.

En el Boccalino ofrecen más de veinte carnes diferentes, desde scaloppine de ternera al funghi porcini, con setas y crema, hasta el solomillo con cebolletas al Módena. lechazo, ternera, cerdo…. Carnes de todos los tipos en muy diferentes versiones, unas muy españolas y otras evidentemente italianas.

Y no vamos a ir más allá de las pizzas, en las que hay que reseñar la Leonesa, con tomate confitado, mozzarella, cecina y orégano, entre más de veinticinco especialidades netamente trasalpinas.

Y como postre un delicioso tiramisú… y basta.

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Cocina Muy bien

Servicio Bien

Decoración Bien

Bodega Muy bien

Puntuación (de 1 a 10) 9