Diario de León

De viaje a

cistierna

Ligado antaño a la mina y revitalizado con la llegada del ferrocarril, el municipio es cruce de rutas jacobeas y escenario natural idóneo para practicar senderismo, escalada, descenso de aguas bravas o bicicleta. Merece la pena recorrer el Hoyón de Yugueros, la Ruta de los Retablos y el Museo del Ferroviario.

secundino pérez/jesús f. salvadores/ediciones sicilia

secundino pérez/jesús f. salvadores/ediciones sicilia

Publicado por
pablo rioja barrocal
León

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Cistierna, o como se la conocía en la Edad media ‘Cisterna’ —que significa cesta o cuenco— ha sido históricamente frontera entre astures, cántabros y vacceos, así como cruce de varias rutas jacobeas. Por aquí pasa el Viejo Camino de Santiago (Camino de la Montaña) que ya en el siglo IX conducía a los peregrinos desde los puertos del Cantábrico o los pasos del Pirineo hasta Compostela.

Ligada a la mina durante largas décadas, alcanzó su pleno auge con la construcción de la línea La Robla-Valmaseda que tendrá en la localidad una de sus estaciones más importantes.

Hoy en día, se ha convertido en un moderno municipio rural rodeado de naturaleza y reclamo habitual para los amantes del senderismo y los deportes de montaña. De las numerosas rutas que ofrece destacan el Hoyón de Yugueros y la Ruta de los Retablos.

La primera inicia el recorrido desde el ayuntamiento de la villa hacia el gran Nogalón del barrio la Chimenea —uno de los árboles más singulares de toda la provincia—. Abandonado ya el casco urbano, el camino atraviesa hacia una terraza contigua al Esla que alberga un yacimiento del paleolítico. Desde el macizo de Peñacorada se vislumbra todo Cistierna. El recorrido se extiende a lo largo de 7 kilómetros.

La segunda opción, por su parte, regala al turista obras como un retablo plateresco del siglo XVI, un retablo del Primer Renacimiento y la Ermita Rupestre de San Guillermo, donde se puede contemplar la Imagen y Retablito de San Guillermo, entre otros. La subida requiere tomar el tren de Feve.

Y es que sabe mucho de trenes Cistierna, de los que transportan mercancías y de aquellos concebidos para el puro confort, como el Transcantábrico, que cruza las fronteras del municipio ofreciendo a sus viajeros un servicio y vistas de lujo.

Tal es la importancia ferroviaria de la zona que uno de sus principales atractivos es el Museo del Ferroviario, ubicado en el antiguo economato del Ferrocarril de La Robla-Bilbao. El edificio alberga un amplio conjunto de objetos que acompañaban la vida de los trabajadores del ferrocarril, desde el montaje de las vías del tren a la oficina del jefe de Estación. En otra sala, de audiovisuales, se presenta una muestra de fotografías que ya son historia del ferrocarril y una proyección que resume los más de 100 años de vida del Ferrocarril Hullero. Además, puede verse el taller de reparación de locomotoras. (Para visitarlo hay que reservar llamando al 987 700 002 o 638 025850).

Aunque en estos momentos el proyecto está parado, la idea del equipo de gobierno es poner en marcha un estadio de Aguas Bravas que sirva para consolidar la práctica y el entrenamiento de piragüistas. Una afición extendida en la zona gracias a la reciente recuperación del Descenso Internacional del Esla en el tramo que va desde Valdoré hasta Sabero.

Escalada, un circuito de kars en Vidanes, golf, air-soft o diversas aventuras en bici completan la amplia oferta turística al aire libre de Cistierna.

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