El nuevo albergue

E stá en una calle de las de siempre, pegando al mítico Besugo, en el Casco Antiguo pero apartado del bullicio del Húmedo. La casona del número 5 de la calle Tarifa es ahora un albergue. De arriba a abajo. Reformado, renovado, novísimo. Un concepto moderno para la esencia pura del alberguismo: compartir. Y aquí se comparte ese espíritu además de la cocina, salones y un patio interior que en verano se llena de veladores y deja hueco para guardar las bicis. Las habitaciones, sólo si se quiere. Porque las hay de tres, cuatro, seis y siete, y también sólo de dos. Literas sí, pero de una manera distinta. Sobre una cama de 1,35, una de 90 centímetros. Pensado para parejas con un hijo, por ejemplo. O para un grupo reducido de amigos. O para una gran excursión. Y así, decenas de combinaciones. Porque caber, en el Albergue Muralla de León caben 75 personas.

Ricardo, Bernando y las parejas de ambos han creado un espacio diferente para un sistema de alojamiento que es tan antiguo como la historia de los viajes de todos las épocas. Un albergue que va con los tiempos. Muebles minimalistas, pensados en blanco, combinan con materiales de las casas con solera de León. Una espléndida escalera recuperada conduce desde la planta de los servicios comunes a los dormitorios, 18 habitaciones pensadas para los nuevos viajeros, que buscan intimidad y tiempo compartido. Una cocina equipada, cuartos de baño completos, salones que invitan al relax y la sorpresa de tener en su interior, en el sótano, el lienzo original de la muralla de León, la medieval, la que protegió a la ciudad en el siglo XII. Todo en un edificio recién rehabilitado. Un tesoro.